Por Erika Chafino
Directora de mercadotecnia de Grupo Human
Twitter: @ejchafino

El cambio es una constante, resistirse a él simplemente generará problemas en la organización y paulatinamente la llevará a su extinción. Ya sea un cambio en los procesos, en los objetivos e inclusive en el personal de la organización, el cambio siempre representará una valiosa oportunidad de mejora y crecimiento.

Dentro de todos los cambios o transformaciones que una empresa debería aplicar, destaca el tema de la imagen corporativa, que es la percepción que tienen los clientes acerca de la empresa y está asociada a determinados valores como la responsabilidad, confianza y credibilidad.

Una correcta gestión de la imagen de la compañía ayuda a crear vínculos con los clientes, aumentando la lealtad y fidelidad de los mismos. Cuando la imagen corporativa ya no logra transmitir la personalidad y los valores de la marca, o bien, simplemente carece de sentido frente a la evolución natural del mercado, entonces es momento de realizar cambios a la imagen de la organización.

Elementos de la imagen corporativa

Para iniciar, se debe entender que la imagen corporativa de una empresa está integrada por elementos visuales que ayudan a los clientes a identificarla y diferenciarla en el mercado, como son:

Nombre. Debe tener relación con la empresa y con sus productos o servicios. Lo mejor es que sea corto, fácil de pronunciar y recordar.

Logotipo. Visualmente atractivo para que los clientes lo reconozcan e identifiquen fácilmente.

Eslogan. Es el mensaje con el que se pretende captar la atención del público. Al igual que el nombre, esta frase debe ser corta, fácil de recordar y pronunciar. El objetivo del eslogan es apoyar al logotipo de la marca, otorgándole a ésta confianza y credibilidad.

Sitio web. Usar el nombre completo de la empresa o palabras relacionadas con sus productos facilitará que los clientes identifiquen a la compañía en internet. Es muy importante que el sitio web sea amigable y responsivo.

Social media. La imagen corporativa también debe estar reflejada en el mundo online. En la actualidad, carecer de este elemento es una sentencia para que la empresa desaparezca.

Beneficios de una correcta gestión de la imagen corporativa

Una imagen corporativa bien gestionada puede traer beneficios rentables para la organización, entre los que destacan:

Genera mayor confianza. Una imagen positiva genera credibilidad a los clientes, fomentando una relación estrecha con la empresa.

Atrae a clientes potenciales. Una correcta gestión de la imagen corporativa puede captar la atención del público. Mediante acciones de comunicación efectiva, la empresa puede atraer a clientes potenciales.

Mayor recordación. Al ser fácil de identificar y recordar, la empresa mejora su posicionamiento frente a sus competidores.

¿Cuándo hay que cambiar de imagen corporativa?

El cambio en la imagen corporativa es una inversión rentable a largo plazo. Aunque su principal objetivo no es aumentar las ventas, éstas pueden ser utilizadas como indicador para identificar el momento preciso para tomar acciones sobre el cambio de imagen con el objetivo de mantener un nivel de competitividad importante.

Sin embargo, un cambio de imagen no sólo es por casualidad; obedece a diversos motivos por los cuales es necesario llevar a cabo dichas transformaciones como por ejemplo:

Mal diseño. Visualmente la imagen de la empresa no resulta atractiva. El logotipo y demás elementos no transmiten los valores y la personalidad de la marca.

No se ajusta a la empresa. Cuando las tendencias del mercado y la situación de la empresa han evolucionado, es necesario ajustar la imagen de la compañía para que responda a su realidad actual.

Cambiar la percepción. Presentar una nueva imagen al público puede representar innovación y cambio tecnológico. Esto le da al cliente una percepción positiva de la empresa, generando confianza y credibilidad.

Cambio en las estrategias de negocio. Para adaptarse a las tendencias, las empresas realizan cambios a su estrategia de negocio, cambios de producto, cambios de proveedores o cambios de sector. Cuando la imagen no representa la nueva estrategia o filosofía de la compañía, se deben realizar modificaciones.

Nuevas líneas de negocio. La creación de nuevas líneas de productos puede requerir una nueva imagen corporativa que incorpore la nueva línea a la marca.

Expansión de la empresa. Cuando una compañía planea expandirse hacia nuevos mercados, en ocasiones es necesario realizar modificaciones a la imagen de la marca con el fin de adaptarla a las características del mercado en cuestión. Al igual que cualquier otro cambio organizacional, modificar la imagen corporativa es un proceso que requiere una estricta planeación; el cambio requiere ser efectuado de forma paulatina y homogénea para que se asimile de forma exitosa por parte de los clientes y colaboradores.

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