Por Mauricio Sánchez
Director general de Stoopen & Human
Twitter: @StoopenHuman

En los últimos años, el color verde se ha convertido en tendencia a nivel mundial. Escuchamos hablar de terrazas verdes, empresas verdes, empleos verdes y hasta ciudades verdes. Prueba de ello fue la pasada inauguración de la primera etapa del proyecto Vía Verde, que consiste en colocar jardínes verticales sobre las setecientas columnas del Anillo Periférico de la CDMX.

El proyecto Vía Verde es una iniciativa del sector privado con la cual no sólo se pretende transformar a la ciudad en un lugar más ecológico y amigable al ambiente, sino que las empresas que participan adquieren el distintivo de empresa verde, generando a su vez empleos verdes.

Pero, ¿Qué es una empresa verde y cómo se crean y preservan empleos amigables al medio ambiente?

La característica “verde” que se le atribuye a las empresas refiere a organizaciones preocupadas y ocupadas por las consecuencias ambientales que genera su propia operación. Cabe mencionar que esta activad no es exclusiva de ciertas empresas; de hecho, no importa el giro, sector o tamaño, tiene más que ver con la conciencia que tienen los empresarios mexicanos sobre el medio ambiente y la preservación del mismo, por lo que en consecuencia se ocupan para reducir el impacto negativo que se tiene sobre éste.

Las organizaciones que practican esta nueva “cultura” buscan adoptar medidas que contribuyan a mejorar el entorno que les rodea y solucionar problemas ambientales como contaminación de cualquier tipo, desperdicio de recursos, residuos mal procesados, deforestación, entre otros más, con una visión de responsabilidad compartida en donde las empresas y sus colaboradores pueden contribuir fuertemente en beneficio del medio ambiente.

De inicio, esta tarea no requiere de un gran plan de trabajo. Se debe partir desde lo básico para poder convertirse en “verde”, prácticas sencillas como reducir la cantidad de impresiones que se realizan diariamente, o bien, imprimir por ambos lados de la hoja, apagar la luz de las oficinas que no estén en uso, evitar el desperdicio de agua e implementar la estrategia de las “3R: Reducir, Reciclar y Reutilizar”. Estas acciones, más un programa de comunicación interna en el cual se invite a los colaboradores a hacer conciencia sobre el cuidado y protección del medio ambiente, crearán el camino para consolidar a la organización como una empresa responsable, sustentable y comprometida con las buenas prácticas en favor de la ecología.

El siguiente paso tiene que ver con cambios más profundos en la empresa como mejorar sus procesos de producción, adquirir tecnologías amigables y reducir los desechos que generan. La última fase consiste en implementar proyectos ecológicos que impacten de manera favorable al entorno y en ellos involucrar a la sociedad, gobiernos e incluso a otras empresas u organizaciones que compartan la visión de contribuir a la mejora del medio ambiente.

Algunos de los beneficios que se generan al convertirse en empresa verde son: reducir costos, alcanzar nuevos mercados y captar clientes, aumentar el nivel de responsabilidad social, proyectar una mejor imagen de la empresa y, quizá el más importante, crear empleos verdes.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define al empleo verde como aquél que ayuda a preservar y restaurar el medio ambiente sin importar el sector al que pertenezca. En este sentido, se puede hacer una distinción importante; hay empleos involucrados directamente en la creación de estrategias, tecnologías, proyectos o cualquier cosa que represente un beneficio ecológico. Algunos sectores que pueden pertenecer a este rubro son la industria energética que busca explotar energías renovables y amigables al ambiente o la industria de transporte público que a través del uso de autobuses ecológicos o transporte eléctrico ayuda a disminuir las emisiones de contaminantes.

Por otro lado, se encuentran aquellos empleos que, por la naturaleza de su sector, no inciden directamente en algún tema ecológico; sin embargo, se les puede llamar empleos verdes cuando se trata de trabajo dignos, con ingresos justos y oportunidades de desarrollo profesional y personal. Esta categoría se basa en entornos laborales sanos y empresas que creen mejores oportunidades de trabajo.

Generalmente, una empresa verde genera empleos verdes porque ambas partes se complementan y comparten una filosofía común en pro de la ecología. Si los colaboradores se sienten bien y actúan bien, producen mejor y evitan incurrir en prácticas negativas que puedan dañar a la empresa y al  medio ambiente.

El ser verde es más que una moda, es un estilo de vida laboral que implica asumir la responsabilidad del impacto que produce la empresa en el entorno y actuar para cuidar y proteger el medio que le rodea.

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