Por Olivia Salas
Directora de marketing en Red Hat para la región NoLA
Actualmente, el interés por la cultura abierta crece en las áreas de marketing, que hoy más que nunca requieren de equipos de trabajo dispuestos a colaborar con ideas innovadoras que sumen al crecimiento y detonen la innovación constante, lo cual es fácil de obtener con este modelo.
Y es que de acuerdo con el estudio El Auge la Organización Empática, cuatro de cada cinco directivos, de los 11 mil responsables de recursos humanos en todo el mundo entrevistados por Merce, consideran que las prioridades de los colaboradores y de las empresas nunca han estado tan interrelacionadas como en este momento de transformación que vivimos en prácticamente todos los sectores.
Por un lado, las personas ya no desean trabajar para una compañía, sino colaborar con ella, mientras que el 96% de los directivos encuestados afirma que el mercado laboral está centrado en los empleados, siendo consideradas como empáticas aquellas organizaciones que reconocen el valor de colaborar en lugar de dirigir.
Para alinear las necesidades de los colaboradores y las organizaciones, recurrir a la cultura abierta representa una ventaja, ya que promueve la transparencia, inclusión, colaboración, generación de comunidad y adaptabilidad a los cambios, fortaleciendo así a los equipos de trabajo.
Además, este modelo permite a una organización y a sus colaboradores probar, aprender y modificar en un círculo virtuoso de conocimiento para obtener la mejora continua, así como generar innovación de manera creativa y única en un ambiente inclusivo y diverso, que en el caso de marketing se traduce en nuevas y mejores ideas en la planeación o el desarrollo de estrategias o campañas para un cliente.
Hay que tomar en cuenta que para implementar la cultura abierta es necesario que exista accesibilidad de la información, confianza en los colaboradores e inclusión de ideas, así como opiniones de todos los miembros del equipo en la toma de decisiones, resoluciones y procesos que se implementan.
Asimismo, al optar por esta clase de cultura en el marketing también requerimos de un liderazgo abierto, el cual implica salir de nosotros mismos para construir espacios en los equipos que contribuyan a fin de mejorar continuamente.
Ahora bien, hay que considerar que se requiere tiempo para cambiar pensamientos, comportamientos, mentalidades y que este modelo implica ver el fracaso como un proceso de aprendizaje. Es decir, entender que, cuando algo no funciona dentro de la organización o nuestro equipo, debemos verlo como una oportunidad clara para corregir el rumbo, hacer ajustes, colaborar, adaptarnos y volver a crear nuevas interacciones, siempre desde una mirada humana y buscando generar confianza.
Retos al implementar la cultura abierta en el área de marketing
Si bien la cultura abierta trae muchos beneficios, también su implementación es un desafío para muchas empresas y sus áreas, en especial para aquellas que temen modificar su mentalidad y el rol de los líderes, quienes deben replantearse algunos de sus hábitos o, incluso, cambiar los valores y la cultura del espacio de trabajo por completo.
Para lograrlo, los directores y gerentes de las compañías deben eliminar las barreras de la comunicación, aprender a guiar en lugar de dar órdenes y cambiar sus actitudes para evolucionar hacia un liderazgo abierto. A su vez, se trata de crear un ecosistema positivo que genere y facilite el espacio y oportunidades para que las personas adopten elementos de franqueza y para que cada voz sea escuchada, siempre tratando de que las mejores ideas ganen.
Hoy, la dinámica del mercado demanda dar el siguiente paso en innovación; este es el momento de repensar el nuevo futuro no sólo de las organizaciones, sino también de la forma en que lideramos a nuestros equipos de marketing.
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