cafetera italiana

Ciudad de México.- Hablar de café casi equivale a hablar de rituales. Desde el aroma que se desprende al moler los granos hasta el primer sorbo humeante, cada detalle cuenta. Pero si hay algo que marca la diferencia en la experiencia final es el método de extracción. Hoy existen tantas formas de preparar café como estilos de tomarlo: desde la intensidad corta de un espresso hasta la ligereza aromática de un pour over. Sin embargo, hay un clásico que resiste modas y tendencias: la cafetera italiana.

Este pequeño artefacto metálico, también conocido como moka, ha sido parte de la vida diaria de millones de personas por generaciones. Y aunque hay métodos más modernos o visualmente llamativos, la cafetera italiana sigue ocupando un lugar especial entre los baristas por su sabor característico, su sencillez y su capacidad para entregar una taza con carácter. En particular, modelos como la cafetera italiana Huupa han renovado su presencia en las cocinas modernas con un diseño elegante, funcional y eficiente.

Lo que ofrecen otros métodos de extracción

Para entender por qué la moka sigue vigente, vale la pena revisar qué aportan otros métodos muy populares en el mundo del café.

La prensa francesa, por ejemplo, es ideal para quienes disfrutan de un café con cuerpo y textura. Al no utilizar filtros, permite que los aceites naturales del grano lleguen a la taza, generando una bebida más densa. Su preparación es sencilla y resulta perfecta para momentos de calma.

En el otro extremo están los métodos por vertido como el pour over o el Kalita Wave, que ofrecen una taza más limpia y delicada. Ambos permiten destacar notas florales, afrutadas o ácidas, según el grano. La Kalita, con su base plana y múltiples orificios, logra una extracción más uniforme que el clásico cono.

El Aeropress se ha ganado una legión de seguidores por su versatilidad. Dependiendo del tiempo de contacto, la presión y el tipo de molido, puedes conseguir desde un café suave hasta una versión casera del espresso. Es práctica, portátil y muy útil para experimentar.

Si lo tuyo es el espectáculo y la precisión, el sifón japonés ofrece una experiencia única. Con calor y vacío, logra una extracción limpia y sofisticada, aunque requiere algo más de expertise, tiempo y paciencia.

Finalmente, la cafetera de goteo o filtro automático sigue siendo la reina de muchas cocinas y oficinas. Cómoda y práctica, permite preparar varias tazas a la vez, aunque sacrifica algo de intensidad respecto a métodos manuales.

¿Y la cafetera italiana?

La moka tiene una personalidad propia. A diferencia del espresso, no necesita máquinas complejas ni electricidad. Funciona con presión de vapor: el agua sube desde el depósito inferior, atraviesa el café molido y se deposita en la parte superior, dando como resultado un café intenso, con cuerpo medio y ese aroma inconfundible que llena la cocina.

Lo mejor de todo es que no requiere técnica avanzada. Basta con agua, buen café molido medio-fino y unos minutos al fuego. Eso sí, como todo buen método, tiene sus secretos: no prensar el café, usar agua caliente para acortar el tiempo al fuego y retirar la cafetera justo cuando empieza a burbujear para evitar sabores amargos.

Clásico por buenas razones

Aunque existen muchos métodos de extracción y cada uno tiene sus ventajas, la cafetera italiana tiene algo que trasciende lo técnico. Es esa combinación de sabor, sencillez y tradición que la hace especial. Puede que no entregue la precisión de un sifón ni la limpieza de un pour over, pero sí brinda un café honesto, con carácter, que sabe a hogar.

Y tal vez por eso sigue siendo el método favorito de muchos baristas, aficionados y amantes del café: porque en cada moka hay historia, hay ritual y hay sabor. Y eso, al final, es lo que buscamos cada mañana cuando preparamos una taza.

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