mercado de tequilas cristalinos

Ciudad de México.- ISCAM, como especialista en el análisis de mercados de consumo y líder en la medición del mayoreo de vinos y licores en México, celebra este 24 de julio el Día Mundial del Tequila con orgullo y con datos. Porque si algo ha demostrado el tequila a lo largo de las últimas décadas, es su capacidad para reinventarse, sofisticarse y conquistar paladares nacionales e internacionales.

Durante los años 80, el tequila era apenas una categoría emergente, opacada por el dominio del brandy y el ron, que en conjunto representaban cerca del 90% del consumo de destilados en México. Fue en la década de los 90 cuando el tequila comenzó a redefinirse con una mirada más cuidada a su elaboración: los reposados cobraron fuerza, el nacionalismo lo impulsó y el creciente interés del público femenino -gracias a un perfil más suave y refinado- ayudó a consolidarlo como una bebida accesible y aspiracional.

En palabras de Horacio Núñez, director del sector de centros de consumo en ISCAM, “el tequila ha recorrido un camino excepcional. Pasó de ser un destilado de consumo limitado a convertirse en símbolo nacional y, hoy en día, en una de las categorías más premium y valoradas del mercado. La irrupción de los tequilas cristalinos ha sido clave en esta transformación”.

Los tequilas cristalinos son la nueva cara del lujo mexicano

El tequila cristalino, aunque aún joven dentro de la categoría, ha cambiado las reglas
del juego. Su elaboración parte de un tequila añejo o extra añejo que después de su maduración es sometido a un proceso de filtrado -frecuentemente con carbón activado- para eliminar su color ambarino, conservando al mismo tiempo su complejidad, suavidad y aromas. El resultado es una bebida de apariencia cristalina pero con alma añeja: sedosa, elegante y perfecta para tomarse sola o en coctelería de alto nivel.

Según el indicador ISCAM, el primer registro de tequila cristalino en el mercado data de 2010. Su crecimiento fue discreto al principio, dado su precio por encima del promedio. Sin embargo, a partir de 2014, su evolución ha sido exponencial con crecimientos compuestos en valor de 31% y en volumen de 37% en los últimos 10 años. Hoy, los cristalinos no solo son sinónimo de lujo y estilo, sino una pieza fundamental para la revalorización general del tequila.

Algunos datos que confirman esta tendencia:

  • En 2003, el precio promedio del tequila era de $115 por botella de 750 ml., hoy es de $360.
  • En contraste, los tequilas cristalinos comenzaron con un precio promedio de $400, y actualmente alcanzan los $717.
  • Hace 10 años existían apenas 6 marcas de cristalinos. Hoy son 113.
  • El auge del cristalino también ha impulsado otras subcategorías como el tequila blanco premium, que ha pasado de 200 marcas a 279 en una década.
  • El tequila super premium creció de 44 a 141 marcas en el mismo periodo.

“Los tequilas cristalinos lograron algo que pocos productos consiguen: transformar no solo la percepción, sino el valor económico y simbólico de toda una categoría. Hoy, cuando pensamos en tequila, ya no lo asociamos solo con una bebida tradicional, sino con una experiencia sofisticada, con diseño, con estatus”, señala Núñez.

Comparativa de mercado: el tequila, líder y resiliente

La historia del tequila no se entiende sin mirar su entorno competitivo. En 2003, el tequila alcanzó su primer gran hito: se convirtió en la categoría número uno en México con un 35% de participación del mercado, seguido por brandy (19%), ron
(12%), whisky (6%) y vodka (4%), acorde al indicador ISCAM.

Diez años después, el whisky se convirtió en un contendiente real, alcanzando un 21% frente al 24% del tequila. Parecía que el liderazgo del tequila estaba en riesgo. Sin embargo, fue precisamente en esta última década cuando la categoría se reinventó y reafirmó su supremacía, impulsada por la irrupción de los cristalinos y un enfoque premium del producto.

comparativa del mercado de destilados

Hoy, el tequila no solo ha resistido los embates de otras categorías globales como el whisky o el vodka, sino que se ha posicionado como símbolo de sofisticación y calidad dentro y fuera del país.

“La historia del tequila es también la historia de cómo el análisis de datos puede revelar oportunidades, anticipar tendencias y tomar decisiones más inteligentes. En ISCAM creemos que el mercado no solo se observa, se entiende”, concluye Núñez.

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