Ciudad de México.- En una industria tan acelerada como el marketing experiencial donde las tendencias cambian al ritmo de un festival y el consumidor vive en actualización permanente, mantenerse relevante exige más que creatividad, se requiere criterio, lectura de mercado y una capacidad constante de adaptación. Esa es la dinámica cotidiana de Charly Robles, director de Point Group, quien ha logrado que la agencia crezca de manera sólida en apenas unos años, consolidando un equipo multidisciplinario y un portafolio que mezcla producción, creatividad y tecnología aplicada.
Su filosofía parte de un principio simple que es mantenerse en un “loop” permanente. Charly viaja, observa lo que está ocurriendo en otros mercados y revisa qué tecnologías están emergiendo fuera y cómo se están implementando en activaciones globales. Sin embargo, su mirada siempre regresa a la misma pregunta: ¿quién puede ejecutarlo bien en México?
De ahí la importancia de trabajar con aliados comerciales que traen estas innovaciones y saben aterrizarlas de manera realista. Para el, eventos como el CES en Las Vegas son una ventana al futuro, pero el reto real está en bajar esas ideas al terreno local, con impacto cultural y operativo.
Esa misma energía se replica al interior de Point Group. Charly describe a su equipo como un “gimnasio creativo”, un espacio donde el ejercicio es constante, propuesta tras propuesta, evento tras evento. Esta dinámica, lejos de desgastar, afila al equipo y fortalece su capacidad de respuesta. La motivación no viene de discursos, sino del trabajo mismo, de estar dentro del entorno, de levantar ideas a velocidad, de experimentar, fallar, corregir y volver a proponer.
El marketing experiencial ahora busca construir momentos que conecten emocionalmente
En el diseño de experiencias, reconoce que el mercado ha cambiado radicalmente. Ya no se trata sólo de generar impacto visual, sino de construir momentos que realmente conecten emocionalmente. Para él, la clave está en entender cómo las nuevas generaciones conviven con la tecnología. Antes un photobooth bastaba; hoy el reto es integrar elementos que permitan al usuario interactuar, compartir y conservar digitalmente la experiencia. La conexión se vuelve más profunda cuando el momento se vive en físico, pero permanece en el tiempo gracias al contenido.
Mirando hacia adelante, Charly Robles sabe que la evolución del marketing experiencial no está a tres años, ya está ocurriendo. La tecnología juega un rol cada vez más relevante, pero la gran diferencia será cómo se mezcla con el mundo offline. La experiencia tangible sigue siendo esencial, la gente quiere tocar, sentir, vivir algo real. La clave estará en combinar lo físico con capas digitales que aporten valor y construyan nuevas formas de interacción.
Esa visión también define el ADN creativo de Point Group. El afirma que la energía de la gente y la emoción auténtica son parte central de su liderazgo. Mezclar ideas frescas de nuevas generaciones con la experiencia de quienes ya conocen la industria genera un balance que fortalece cada propuesta. Ese mix de talento joven guiado por criterio experimentado, es hoy uno de los rasgos más claros de la agencia.
Al hablar del futuro inmediato, Robles resume tres insights clave rumbo a 2026:
- Primero, los casos de éxito serán más importantes que nunca, las marcas quieren evidencia real y resultados concretos.
- Segundo, las experiencias deberán ser transferibles: vivirse en físico, pero quedarse en digital para ser compartidas y recordadas.
- Tercero, 2026 será un año híbrido donde convivirán lo físico, los datos y la tecnología, siempre al servicio de la creatividad.
Así piensa y opera Charly Robles, con una visión que combina estrategia, intuición y lectura fina del consumidor. Una mezcla que explica por qué Point Group ha logrado hacerse un lugar destacado dentro del ecosistema de experiencias en tan poco tiempo.
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