fundador Storelevel

Por Manuel Trevilla
Fundador y ceo de StoreLevel

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2017, el 63 por ciento de la población a partir de seis años tiene acceso a internet, lo que se traduce a 71.3 millones de mexicanos.

Sin embargo, aún existe una considerable población que está inmersa en el analfabetismo digital, que se define como la falta de conocimiento para usar una computadora o lo que gira alrededor de ésta como puede ser el software, el acceso a internet y explotar la red con fines productivos.

La brecha digital se vincula con los avances tecnológicos donde los procesos de digitalización de diferentes aspectos sociales establecen como necesario el desarrollo de competencias o habilidades para participar del panorama actual.

En el siglo pasado existía una mayoría de personas que no podía comunicarse por no saber leer, esto evolucionó y hoy en día hay un cierre de oportunidades de aprendizaje y comunicación por el hecho de no tener un familiarización con los dispositivos digitales. Tan sólo en México el alto porcentaje de analfabetas se encuentra entre la población de cincuenta años en adelante.

Quienes sufren más son las personas que no crecieron con tecnología, ya que les cuesta más trabajo manejar estos dispositivos con la naturalidad que otros pueden hacerlo. Gran parte de las generaciones jóvenes nunca pasaron por una computadora de escritorio, sino directo a un smartphone, el cual es más fácil de manejar. En 2017 aumentó de 89 a 92 por ciento el número de usuarios que se conectaron a internet desde su teléfono móvil con respecto a 2016.

La gente busca formas para comunicarse, especialmente cuando no tiene a un familiar cerca y posee recursos que le permiten contactarlo, mediante la tecnología de un smartphone o una computadora. “A mí me da mucho gusto que mi mamá logró aprender, tiene 68 años y cuando tiene una duda ella misma busca, aprende, se comunica y se mantiene conectada con su entorno”.

El poder socioeconómico también influye, ya que no se tiene acceso en zonas marginadas a estos medios, lo cual minimiza la capacidad de interactuar. Siete de cada diez personas que viven en ciudades cuenta con acceso a la red, mientras que en el caso de los entornos rurales sólo cuatro de cada diez personas navegan en la web.

En el sexenio actual hubo intentos para erradicar este analfabetismo con la entrega de dispositivos digitales pero, de acuerdo con la OCDE, estas alternativas no tuvieron éxito debido a que las comunidades rurales tienen necesidades muy diferentes y la conexión digital no es una prioridad.

Tarde o temprano la mayoría de la población podrá acceder a las nuevas tecnologías, puesto que hoy quienes en el siglo pasado padecían por no saber leer y escribir están adaptándose a esta nueva era, después de superar la primera.

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