Por Juan Carlos Lozano
Director general y socio fundador de Creatividad
Twitter: @jlozano_creati
El mayor reto para los meeting planners es lograr que todos los participantes de un evento corporativo se sorprendan y, mejor aún, que se emocionen. Considero que en México hay gran oportunidad de aprender y aplicar el neuromarketing en la industria de reuniones; pienso que actualmente los organizadores de eventos lo utilizamos de manera inconsciente, pero me queda claro que el concepto que nació en 2002, cuando el profesor holandés Ale Smidts ganó el Premio Nobel de Economía, llegó para quedarse.
En los países desarrollados, el neuromarketing ya es parte teórica y práctica de las estrategias de mercadotecnia y comunicación de las marcas. Lo valioso de este concepto para los eventos corporativos es que brinda una genuina fuente de información sobre los procesos mentales que ocurren más allá de lo que percibe el ser humano en su estado de conciencia.
Se ha comprobado que el 85 por ciento de los procesos en la toma de decisiones se ejercen a través del subconsciente, lo que implica que solamente el 15 por ciento de nuestras decisiones son tomadas conscientemente.
Una de las principales razones por lo que las grandes empresas siguen confiando en los eventos corporativos es porque generan un impacto positivo en una audiencia específica. Los organizadores de eventos sabemos que todos los detalles del evento deben cuidarse con especial atención, desde la elección del recinto adecuado, la decoración, el servicio, la presentación de alimentos y bebidas, la iluminación, los colores, los visuales, la música, entre otros elementos.
Sin duda, si organizamos un evento pensando en los gustos e intereses de los invitados, será más fácil generar un mayor impacto. Debemos tener siempre en mente que la audiencia debe ser el foco de atención y los protagonistas principales; es fundamental que se sientan parte de algo importante, para lo cual los meeting planners tenemos un rol significativo.
Considero que las investigaciones sobre las neuronas y el desarrollo sensorial de los seres humanos pueden darnos datos relevantes para lograr aún mejores resultados a través de las experiencias y actividades que se viven en los eventos. Es también real que el tema cada vez es más complejo y sofisticado, no es una tarea fácil descubrir cuáles son las necesidades específicas de los clientes.
Afortunadamente, ahora existe mucha literatura e inclusive conferencias internacionales especializadas en neuromarketing. Me parece que los meeting planners debemos tomar en serio lo importante que es entender mejor cómo funciona el cerebro de cada individuo para producir innovadoras oportunidades de relacionamiento en los eventos que organizamos.
Estoy convencido de que no podemos confiarnos o limitarnos con lo que los consumidores dicen, tenemos que lograr deducir lo que realmente piensan. Me parece fascinante la idea de que en México contemos a corto plazo con más expertos especializados en neurociencias y que estemos dispuestos a trabajar de manera colaborativa para que sea la ciencia y no solamente la lógica la que nos guíe al éxito.
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