Por Madián Morante
Gerente de marketing para EMC México
Twitter: @MadianMorante
Sudoración. Palpitaciones. Enrojecimiento. No, no estamos hablando de cuando estamos enamorados. Tampoco de cuando echamos una carrera para resguardarnos de la lluvia. En esta ocasión, hablo de algunas de las situaciones que ocurren cuando jugamos.
Y cuando digo “jugar”, seguramente vienen a su mente algunos niños en la calle pateando la pelota o a dos niñas correteándose en el patio de la casa. ¿Pueden ver el “problema” en esto que les digo? En la mayoría de los casos, cuando mencionamos la palabra “jugar”, nuestra mente nos lleva automáticamente a una imagen relacionada con la niñez. ¿En qué momento de nuestras vidas creímos que jugar era sólo para los chiquillos? ¿Cuándo fue la última vez que te permitiste jugar?
Muchas veces, jugar está relacionado con perder el tiempo, inmadurez o inclusive culpa. Muchos adultos sólo se permiten jugar si eso se traduce en una competencia de negocios. “El opuesto de jugar no es trabajar, es la depresión” decía Brian Sutton.
El doctor Stuart Brown, fundador del Instituto Nacional del Juego (Niflay) se ha dedicado desde 1989 a estudiar la importancia del juego en la vida adulta, obteniendo datos cualitativos y cuantitativos que bien podrían comparar el juego con el oxígeno. Él apunta: “El juego está inmerso en todo nuestro entorno y aún así pasa inadvertido la mayor parte del tiempo, hasta que de pronto te das cuenta de lo mucho que te hace falta. Jugar es arte, lectura, películas, comedia, coqueteo, soñar despierto, etcétera”.
¿Y qué obtiene uno de jugar? Para los que obtener el placer de jugar no es suficiente, se ha demostrado también que hacerlo reduce la cantidad de visitas necesarias al doctor, crea seres humanos con mejores capacidades para formar relaciones interpersonales, optimiza el aprendizaje, aumenta la productividad y la innovación dentro de los grupos de trabajo y, por si fuera poco, ¡vende!
-¿Vende?
-Sí, ¡vende!
En marketing, el juego se ha ido incorporando con más fuerza en los últimos años, principalmente con la tendencia denominada GAMIFICATION, que significa aplicar elementos típicos del juego como técnicas para lograr una mejor y mayor conexión entre el consumidor y un producto o servicio.
¿Cómo adoptar el gamification en nuestras campañas de mercadotecnia? Smartinsights.com lo explica en cinco pasos:
1. Fija un objetivo: ¿Qué quieres conseguir? Alcance, lealtad, incentivar una compra…
2. Diseña el camino: Identifica dinámicas de juego que soporten de la mejor forma este objetivo y que vayan de acuerdo con tu audiencia.
3. Premios: ¡Incentiva que las personas jueguen contigo!
4. Vista holística: Asegúrate de que el gamification adoptado vaya de acuerdo con la estrategia general de tu empresa, marca y producto/servicio.
5. Diversión y mensaje: Es importante asegurar que el elemento esté presente en la campaña sin dejar atrás los mensajes que quieres posicionar en dicha actividad.
En la vida social, profesional o como individuos, jugar debería tener un espacio reservado. Si pudieras dedicar treinta minutos a jugar el día de hoy, ¿qué elegirías hacer?
Los juegos traen placer, y el placer es parte del nuevo marketing. Ya sea para tu vida diaria o para hacer un cambio en tu profesión o negocio, ¿estás listo para jugar?
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