Por Mauricio Sánchez
Director general de Grupo Human
Twitter: @GrupoHuman

Hoy en día, la población mexicana atraviesa por tiempos difíciles debido a todos los sucesos a nivel mundial. Uno de los más relevantes es el reciente nombramiento de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos; adicionalmente, no podemos ignorar la situación político-económica de nuestro país.

El panorama aparentemente no es muy alentador. La incertidumbre, el temor y la preocupación son sentimientos negativos de los que las personas se contagian muy fácilmente; esta preocupación genera un ambiente de inestabilidad que es llevado a las organizaciones y empresas.

Para una organización mantenerse y crecer bajo este panorama puede resultar complicado y si a esto agregamos los efectos producidos por la incertidumbre que sienten los colaboradores, la organización podría tener un grave problema si no se actúa de manera oportuna.

Generar un clima laboral estable, de participación, colaboración y esfuerzo conjunto, es la tarea de los líderes de cada organización. Desarrollar actividades con los colaboradores para lograrlo es su misión.

Una tendencia que cada vez se hace más frecuente en las organizaciones es la llamada gamificación laboral. Se trata de introducir dinámicas de juego o lúdicas a los procesos y prácticas laborales con el objetivo de generar un mayor compromiso entre los colaboradores, aminorar el impacto negativo que ocasiona el acontecer diario, fomentar la creatividad y crear entornos más atractivos y divertidos.

De acuerdo con un estudio realizado por Gartner, se espera que durante los siguientes años más del 40 por ciento de las empresas multinacionales haga uso de la gamificación como estrategia para mejorar sus prácticas laborales.

Antes de aventurarse a implementar un juego como estrategia para mejorar alguna situación laboral, es importante tomar en cuenta las características necesarias para llevarla a cabo como, por ejemplo, asegurar la colaboración y participación de todas las personas de la organización, además de propiciar una ambiente transparente, de reconocimiento y sin jerarquías verticales.

Como cualquier estrategia que se desee implementar en una organización, es necesario seguir una serie de pasos para garantizar la viabilidad y el éxito que pudiera llegar a tener:

1. Definir los objetivos

2. Especificar acciones de acuerdo con los objetivos

3. Establecer métricas para evaluar el progreso y resultados de la gamificación

4. Diseñar una plataforma adecuada de acuerdo con el tipo de gamificación

5. No hacer de la gamificación un proyecto aislado o esporádico

6. Determinar los beneficios o recompensas del juego una vez alcanzado el objetivo

En general, los beneficios de una organización que implementa la gamificación laboral como parte de su cultura son:

● Empresas innovadoras

● Colaboradores creativos

● Alta satisfacción laboral

● Personas motivadas

● Contribuye a reforzar la identidad de la organización

● Mayor retención de los colaboradores en procesos de capacitación

● Aumenta la productividad

● Fomenta la colaboración y el trabajo en equipo

● Genera un mejor clima laboral

● Disminuye el estrés ocasionado por factores externos a la organización

Implementar un programa de gamificación laboral no sólo es poner a jugar a los colaboradores, se debe tener claro qué se pretende lograr con este modelo. Por ejemplo, si se desea que las personas tengan una experiencia más satisfactoria al tomar alguna capacitación y mejorar la calidad del aprendizaje, la solución en el contexto de la gamificación laboral es crear un gaming en el cual la persona, a través de un juego, adquiera los conocimientos necesarios para desempeñar sus funciones en la organización. El resultado será una persona con niveles de estrés bajos y una mejor retención de los contenidos, motivada y más productiva.

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