Por Erika Chafino
Directora de Mercadotecnia, Educación y Desarrollo de Grupo Human
Twitter: @ejchafino

En un lapso de tiempo relativamente corto, el mundo laboral se ha transformado de manera abrupta, desde la implementación de tecnología para llevar a cabo ciertos procesos hasta cambios en las dinámicas laborales. El modo freelance es una de esas formas laborales que han tomado relevancia en los últimos años.

El modelo de freelance consiste en realizar o participar en proyectos de una organización pero sin formar parte de la nómina, generalmente se cobra por proyecto y en función de la cantidad de horas invertidas. Esto le permite a una persona freelance trabajar en varios proyectos a la vez sin estar atada a una empresa. Además, este tipo de esquemas suelen ser atractivos porque existe la oportunidad de generar buenos ingresos económicos y trabajar con horarios flexibles y sin una ubicación definida.

El esquema laboral de freelance es muy atractivo sobre todo para las generaciones más jóvenes como los millennials o la generación Z, en parte porque ellos prácticamente nacieron con la tecnología bajo el brazo aunado a que desean experimentar un estilo de vida mucho más libre que les permita desarrollarse profesionalmente mientras realizan proyectos personales.

Como cualquier modelo laboral, el freelance tiene ventajas y desventajas. Por ejemplo, entre los beneficios se encuentran sueldos más competitivos, disponibilidad de tiempo, empatar la vida personal con la profesional, oportunidad de trabajar en diferentes proyectos que sean del interés de la persona y posibilidad de explotar la creatividad al máximo sin ningún tipo de limitantes. En contraparte, algunos aspectos negativos son no tener un ingreso fijo, los costos de seguridad social y ahorro corren por cuenta del freelance, se requiere tener mucha disciplina para cumplir con los proyectos de diversos clientes y al no tener un horario fijo de trabajo se corre el riesgo de trabajar los siete días de la semana.

Implementar un esquema de trabajo de freelance no es tan complicado como pudiera parecer, basta con tomar en consideración los siguientes aspectos para lograrlo:

● Organización: Trabajar por cuenta propia requiere mucha más organización que si se hace dentro de una empresa. Establecer horarios fijos de trabajo, destinar un espacio sólo para laborar y llevar una agenda puntual de los compromisos y proyectos es fundamental para ser un buen freelance.

Networking: Para ser un buen freelance se tiene que hacer networking. Aprovechar los contactos y las redes sociales para hacer negocios es la clave.

● Honestidad: Ya seas freelance o no, hablar con la verdad es un requisito indispensable al momento de hacer negocios y concretar proyectos con los clientes.

● Comunicación con el cliente: Es básico tener una línea de comunicación clara y abierta con todos los clientes para evitar malos entendidos o problemas en un futuro.

● Equidad: Al ser freelance se trabaja con varios clientes a la vez, así que es importante darles la misma importancia y servicio de calidad.

● Ser freelance no es trabajar gratis: A veces se comete el error de regalar el trabajo con el afán de conseguir un cliente, sobre todo cuando se comienza a laborar bajo este esquema. Al final, un cliente decidirá si contrata o no al freelance no por que regale su trabajo, sino por la calidad y el plus que le ofrezca. Un freelance debe entender que su trabajo tiene valor pero lo pierde al regalar su tiempo.

Ser freelance representa un reto, como cualquier otro esquema de trabajo. Es claro que para algunos no es fácil o simplemente no les gustará, pero para aquellos que prefieren horarios flexibles, libertad y son capaces de autogestionarse seguramente será una opción muy viable para laborar.

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