Por Carlos Díaz Ojeda
General manager de DispatchTrack Latinoamérica
En el comercio actual, la diferencia entre una venta concretada y una oportunidad perdida se mide, literalmente, en minutos. Para sectores como la comida a domicilio, farmacias, supermercados y tiendas de conveniencia, cumplir con la promesa de entrega rápida ya no es una ventaja competitiva, sino una expectativa básica del consumidor. Sin embargo, una de las barreras más persistentes en la operación diaria es la falta de repartidores disponibles, especialmente en picos de alta demanda. Y esto ocurre todos los días en todas las ciudades.
Lo que está cambiando el juego es un nuevo enfoque que combina plataformas logísticas inteligentes con redes externas de reparto bajo demanda. Ya no se trata de sumar más motos o choferes a la operación propia. Se trata de integrar, en tiempo real, soluciones de última milla con plataformas como Uber o Pedidos Ya, que ya cuentan con miles de repartidores disponibles y geolocalizados, listos para activarse con un clic.
Ventajas de integrar apps de terceros en la última milla
Este modelo es simple en apariencia, pero transformador en impacto. Al integrar plataformas como Quick Commerce con la red de socios conductores de Uber, por ejemplo, los comercios pueden extender su capacidad de entrega sin fricciones operativas ni inversiones adicionales. La tienda o restaurante sigue gestionando su flujo de pedidos como siempre, pero cuando su flota está saturada, el sistema identifica la necesidad y activa de inmediato un repartidor externo disponible en la zona.
Esta integración funciona como un puente entre dos mundos que hasta hace poco operaban en paralelo: la logística empresarial tradicional y las plataformas de movilidad urbana. Gracias a esta conexión, es posible entregar pedidos en menos de dos horas incluso en momentos críticos, manteniendo la promesa de servicio y la satisfacción del cliente.
La evidencia es clara: En junio, los clientes de DispatchTrack en Latinoamérica obtuvieron un promedio de 93.4% en cumplimiento de entrega comparado con el mismo mes de 2024 cuando lograron 92.2%. Esta tendencia seguirá acelerándose conforme más comercios reconozcan el valor de operar con redes logísticas abiertas, flexibles y altamente escalables.
La clave del éxito radica en que estas integraciones no requieren reconfigurar toda la operación. No implica cambiar de sistema, sino sumar capacidades. Es decir, una farmacia puede seguir operando con su propio equipo de entregas, pero cuando la demanda lo exige —como suele ocurrir en quincenas, campañas de salud o temporadas altas— puede complementar su flota con repartidores de Uber o Pedidos Ya. Y lo mismo aplica para cadenas de restaurantes que enfrentan picos de pedidos los fines de semana o supermercados que lanzan promociones flash con entrega en el mismo día.
Este modelo también permite a pequeños negocios competir en igualdad de condiciones. Gracias a la tecnología, una tiendita de la esquina puede tener acceso a la misma red de entregas que una gran cadena, sin necesidad de contratar ni escalar una infraestructura propia. Así, se democratiza el acceso a la logística eficiente y se elevan las expectativas en todo el ecosistema del comercio electrónico.
Vale la pena poner en contexto la dimensión de estas plataformas: según datos de Statista, Uber Eats cerró 2023 con 88 millones de usuarios activos a nivel mundial, mientras que Uber México reportó más de 200 mil socios conductores y repartidores en el país. Desde su llegada en 2013, más de 1.7 millones de personas han trabajado como repartidores o choferes en Uber en México. Y Pedidos Ya se ha convertido en el principal intermediario de entregas exprés en varios países del Cono Sur y próximamente se integrarán más aplicaciones en Latinoamérica.
Trabajar la última milla a través de la colaboración es parte de la evolución del Quick Commerce
La evolución del Quick Commerce no consiste solamente en prometer entregas en minutos. Consiste en construir un ecosistema donde la tecnología, la colaboración y la inteligencia logística trabajen juntas para responder a una demanda volátil, urgente y masiva. Donde la última milla ya no sea un obstáculo, sino una ventaja estratégica.
Hoy, la innovación logística no está en tener más repartidores, sino en tener el sistema adecuado para activarlos cuando se necesitan. Es ahí donde el comercio moderno puede avanzar con paso firme hacia una promesa simple pero poderosa: entregar más rápido, con menos fricción, y siempre a tiempo.
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