diseño de edificios inteligentes

Por Marta Bonadie
Fundadora y directora general de Taller 1339

La tecnología ha permeado diferentes industrias, entre ellas la arquitectura, la construcción y el diseño de interiores, convirtiéndose en un factor clave para mejorar su eficiencia, al mismo tiempo que contribuye a su evolución. Desde la planificación hasta la selección del mobiliario de un espacio, la tecnología no solo ha optimizado procesos, sino también mejora la calidad, reduce tiempos y costos, y fomenta prácticas sostenibles.

La adopción de materiales y procesos innovadores, junto con la digitalización, ha abierto un abanico de posibilidades que redefinen el futuro de la edificación, mejorando no solo la seguridad, sino también la accesibilidad y el impacto ambiental.

¿Qué tecnología se puede implementar en los edificios inteligentes?

Usar las herramientas tecnológicas disponibles facilita la creación de espacios más cómodos, eficientes y seguros. Por ejemplo, en un edificio, los dispositivos o aparatos que controlan el acceso al personal de un edificio, ya sea con cerraduras inteligentes o con sistemas de identificación biométrica, son dispositivos programados que, de manera inteligente, restringen el acceso exclusivamente a las personas autorizadas, creando un entorno seguro y controlado para el personal.

Cámaras de vigilancia, detectores de incendios, alarmas, sistemas de climatización inteligentes, automatización de luces, ventanas, lavamanos y puertas son algunos elementos que se pueden implementar en la construcción y el diseño de un edificio inteligente para salvaguardar la seguridad de los empleados, todo ello gracias al buen uso de la tecnología. Esto mejora la experiencia del usuario, ofrece mayor seguridad mediante sistemas de monitoreo avanzados y optimiza el consumo energético, que a su vez impacta favorablemente en el medio ambiente.

Un claro ejemplo son los baños, espacios que son conocidos por gastar bastantes litros de agua diariamente. Gracias a la tecnología, podemos programar y hacer uso de ciertas herramientas que ayuden al ahorro de este valioso recurso al disponer de sensores automáticos que identifiquen el movimiento en un lavamanos, donde se puede ahorrar hasta un 70% de agua en comparación con los lavamanos tradicionales.

Otro buen ejemplo son los sistemas de control de iluminación inteligentes, que contribuyen significativamente a la reducción del consumo de energía. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés), la iluminación es responsable de aproximadamente el 15 % del consumo mundial de electricidad. En este contexto, los sistemas de iluminación inteligentes desempeñan un papel crucial al eficientar el uso de la luz artificial, adaptándose de manera dinámica a las necesidades específicas de cada espacio y momento. Esto no solo contribuye a una reducción significativa en el consumo energético, sino también favorece la sostenibilidad al promover el ahorro de energía.

Estos ejemplos que encontramos en nuestra vida diaria representan apenas la punta del iceberg de lo que la tecnología puede ofrecer en términos de comodidad y seguridad. Su impacto ha sido trascendental en la arquitectura, el diseño y la construcción, propiciando una transformación profunda en estos campos.

Gracias a la tecnología, los procesos se han vuelto más eficientes, sostenibles y accesibles, al tiempo que han abierto nuevas posibilidades para la creatividad y la personalización, permitiendo que cada proyecto inmobiliario se adapte de manera más precisa a las necesidades y deseos de quienes lo habitan. En este sentido, la tecnología no solo optimiza recursos, sino también redefine la forma en que concebimos y vivimos nuestros espacios.

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