México, D.F.- El uso de las nuevas tecnologías ha incrementado la posibilidad de ser blanco de ataques o de robo de información. El secuestro de cuentas es cada vez más frecuente y los usuarios comunes son las víctimas perfectas.

Este tipo de delito se caracteriza por suplantar la identidad de una persona en alguna cuenta, ya sea de redes sociales, correo electrónico u otro tipo de aplicaciones móviles con la finalidad de extorsionar a los dueños a cambio de no hacer pública su información personal y, en casos particulares, fotografías o videos.

Además de los usuarios, las empresas también pueden sufrir este tipo de extorsiones ya que alguien con conocimientos suficientes puede infiltrarse en su sistema de seguridad y secuestrar su información. Esto puede llegar al chantaje y vender esta información a la competencia o a externos para que la utilicen como decidan.

En México, al menos 378 millones de usuarios fueron víctimas de crímenes cibernéticos en 2014, los cuales monetariamente representan 3 mil millones de dólares, lo que ha obligado a empresas y usuarios a reforzar sus medidas de seguridad al momento de utilizar las nuevas tecnologías.

De acuerdo con Steven J. Ross, especialista en ciberseguridad de ISACA, la utilidad de la contraseña es un elemento primordial de la autentificación y ésta comprende información que sólo el usuario sabe, es decir, un secreto que sólo el creador de la cuenta posee y que acredita que la persona es «quien dice ser».

Una de las medidas que los internautas han adoptado son los generadores de contraseñas; sin embargo, es necesario contemplar las características que necesita una clave para ser realmente segura. Algunos expertos han enlistado una serie de recomendaciones:

1. Mientras más compleja sea la clave, mucho mejor. Incluye números, signos, letras mayúsculas y minúsculas; además, debe ser larga. Evita nombres propios, series numéricas y fechas.

2. Tener cuidado con las preguntas de seguridad, ya que en ocasiones compromete información que puede ser pública: fecha de nacimiento, nombre de mascota, etcétera.

3. Cambiar tu contraseña periódicamente. Si una de tus cuentas es intervenida, otras con la misma contraseña podrían ser confiscadas por otros usuarios.

Ross menciona que para todo tipo de cuentas hay contraseñas, las cuales al ser diferentes el usuario no puede recordarlas todas. Por eso, la mayoría de las personas opta por dos opciones: escribirlas en un archivo o cambiar todas a una sola (lo cual no es lo más indicado). Considera que es mejor tenerlas en un lugar seguro. Y su definición de seguro no es un archivo en la computadora con la denominación «Password«, ya que es la forma más fácil para el robo de identidad al existir la irrupción en un sistema.

Recomienda que ante esta situación es necesaria la asesoría de expertos en ciberseguridad para proteger y ofrecer servicios de auditoría adecuados para que empresas o usuarios se sientan seguros de utilizar sus contraseñas.

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