CEOs ciber-resilientes

Por Sabas Casas
Director de la práctica de ciberseguridad de Accenture en México

En los últimos 10 años hemos sido testigos de cómo la ciberseguridad es un tema cada
vez más transversal, abarcando cada vez más sectores de mercado, aunque el core business de la empresa no sea necesariamente tecnología.

Un claro ejemplo de esto es que la transformación digital de las empresas ha llevado la presencia de las marcas de las tiendas físicas a los sitios web, marketplaces y aplicaciones. En ese sentido, toda la experiencia del cliente que las marcas diseñaron para sus puntos de venta físicos debe trasladarse a canales digitales, manteniendo siempre la confianza de los usuarios. Es ahí donde la ciberseguridad adquiere una importancia prioritaria para estas empresas, pues, ya sean B2C o B2B, son susceptibles de un ciberataque dado que comparten información sensible con proveedores y fabricantes y buena parte de su información está respaldada en la “nube”.

Recientemente, en un estudio llamado El CEO ciber-resiliente se encuestó a 1,000 directores ejecutivos de grandes organizaciones a nivel mundial. La investigación señala la forma reactiva en que la mayoría de los directores ejecutivos tratan la ciberseguridad, lo que resulta en un mayor riesgo de ataques y mayores costos para responder a ellos y remediarlos. Un dato que destaca en este informe es que el 60% de los directores ejecutivos señalan que sus organizaciones no incorporan la ciberseguridad en las estrategias, servicios o productos comerciales desde el principio.

En ese sentido, hay 5 acciones que es mucho más probable que los CEOs ciber-resilientes tomen de manera proactiva que los ciber-rezagados:

  • Incorporar la ciber-resiliencia en la estrategia empresarial desde el principio.
  • Establecer una responsabilidad compartida en materia de ciberseguridad en toda la organización.
  • Asegurar el núcleo digital en el corazón de la organización, con un incremento sostenido de recursos enfocados en ciberseguridad.
  • Extender la ciber-resiliencia a todas las unidades y funciones de negocio.
  • Adoptar una ciber-resiliencia continua para mantenerse a la vanguardia para prevenir, detectar a tiempo y responder eficazmente a los ciberataques.

En resumen, en un mundo cada vez más digitalizado, la ciberseguridad no es solo un complemento, sino un imperativo empresarial que debe integrarse en todas las facetas de la organización desde su concepción inicial.

Para las marcas, la ciberseguridad no solo implica proteger datos sensibles y evitar interrupciones en la operación, sino que también afecta a los riesgos del negocio: económico, reputacional, externo, normativo y humano. Solo mediante una estrategia proactiva y una cultura de ciber-resiliencia, podrán proteger sus activos digitales y garantizar la confianza de sus clientes en el mundo interconectado de hoy.

Con la entrada de los nuevos avances de IA, la capacidad de salvaguardar la información y mantener la confianza del cliente se ha convertido aún más en un diferenciador competitivo crucial en el mercado actual. Por lo tanto, invertir en ciberseguridad no solo es una medida de protección, sino también una estrategia inteligente para el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo de cualquier marca en la era digital.

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