Ciudad de México.- La firma Vestiga Consultores identificó en su más reciente entrega del Estudio Nacional de Factores de Impacto en las Empresas Mexicanas que apenas un 10 por ciento de ellas se han beneficiado, de un modo u otro, de la actual crisis pandémica frente a una enorme mayoría que ha registrado efectos negativos.
Ante la pandemia, las empresas tuvieron que adoptar diferentes medidas para lidiar con el fuerte impacto distorsionador del mercado y de la dinámica de las mismas organizaciones. Dichas medidas reflejan la seriedad y profundidad “de una crisis que ha obligado a las empresas a hacer un doloroso esfuerzo por mantenerse a flote y salir avantes de la compleja y difícil circunstancia que ha impuesto esta crisis pandémica”, indicó Sergio Díaz, socio director de Vestiga.
Algunas “dolorosas acciones” que las empresas tuvieron que realizar para lidiar con la crisis de la pandemia fueron:
· Cancelar/reducir la contratación de consultorías de servicios, publicidad, etc. – 58%
· Suspender nuevas inversiones en equipos, tecnología, construcción de nuevas plantas y apertura de oficinas – 43%
· Reducir gastos de mantenimiento de oficinas, plantas, equipos, etc. – 38%
· Reducción salarial, cancelación de aumentos y promociones, bonos de desempeño/prestaciones, cancelación de nuevas contrataciones – 32%
· Renegociación de costos con proveedores, recorte de proveedores, ampliar plazos de pagos – 28%
· Terminación/despido/recorte de empleados – 26%
· Reducción de precios a los clientes / Ampliar plazos de pagos de los clientes – 25%
· Renegociación de créditos con bancos / Búsqueda de nuevos créditos – 19%
· Otros – 11%
Curiosamente, pese a esta fuerte adversidad, una vez más sale a relucir el tradicional optimismo de los empresarios mexicanos, un rasgo que de forma consistente se ha identificado a lo largo de los años al “medir el pulso de las percepciones del empresariado nacional”. Según este último monitoreo, “dos tercios de los tomadores de decisión de las empresas mantienen un grado relativamente alto de optimismo de que sus respectivas organizaciones saldrán adelante de esta crisis durante los próximos doce meses”, apuntó el directivo.
“Los resultados más recientes de nuestro monitoreo no esconden la gravedad y profundidad del impacto de la crisis pandémica en las empresas mexicanas y, sin embargo, tampoco parece prevalecer un ánimo derrotista o pesimista en el empresariado y esto es un primer y muy importante paso para comenzar una recuperación gradual: los empresarios mexicanos están acostumbrados a la adversidad y, aunque esta situación parece mucho peor a cualquier cosa que hayan enfrentado antes, sin duda harán su mejor esfuerzo para adaptarse y seguir adelante”, concluyó.
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