impacto de la pandemia en niños

Ciudad de México.- En el marco del Día del Niño, la Mtra. Tania Mendoza Almaral, coordinadora de la Licenciatura en Psicología de UVM Campus Zapopan, comparte su perspectiva sobre las habilidades que han desarrollado los niños a raíz de la pandemia de COVID-19 y el impacto que tendrá en las próximas generaciones.

La catedrática señaló que actualmente los estudiantes mexicanos se enfrentan al proceso de regresar a clases presenciales. Aunque para muchos existía la expectativa de que una vez superada la amenaza del COVID-19 “volveríamos a la normalidad”, definitivamente la normalidad que conocíamos antes de la pandemia no regresará, ya que todas las condiciones cambiaron y los procesos de enseñanza se modificaron aún más.

“Sin duda, la mayoría de las instituciones educativas se están dando la oportunidad de aprovechar todo lo aprendido en esta pandemia. Los nuevos recursos, plataformas en línea y acciones a distancia llegaron para quedarse, demostrando que las instituciones se pueden adaptar a una nueva modalidad en la que las clases presenciales se refuerzan con plataformas interactivas que favorecen el aprendizaje”, explicó.

Niños obtuvieron nuevas habilidades durante el confinamiento

En este contexto, la académica expuso que existen dos panoramas. Por una parte, a los estudiantes les ha sido difícil adaptarse o readaptarse a una nueva rutina formal y un poco más estricta como lo que exige un centro educativo, ya que estudiando a distancia tenían mayor flexibilidad.

“Hoy por hoy, al regresar a una modalidad tradicional, el aspecto que más resalta por parte de los docentes es el seguir instrucciones, los alumnos ya no están “acostumbrados” a recibir constantes instrucciones dentro del aula de clase y esperar que todos al mismo tiempo las realicen. Se tiene entonces la necesidad de reestructurar la manera de enseñar a seguir dichas instrucciones como si regresáramos a un proceso preescolar cuando los niños se enfrentan a sus primeros días de clases”, comentó.

Por otro lado, los estudiantes se muestran -en su mayoría- más independientes y proactivos, ya que mientras estudiaban en línea en repetidas ocasiones tuvieron la necesidad de enfrentarse a la resolución de problemas, desde buscar más información hasta crear estrategias de aprendizaje junto con sus padres o tutores. Esta última situación tiene un gran impacto porque será una habilidad que podrán poner en práctica en toda su vida escolar.

Mendoza Almaral también recordó que durante el confinamiento las habilidades sociales se vieron afectadas, sobre todo en aquellos niños que no tenían contacto con familiares de edades similares, centrando su convivencia diaria con adultos y la carencia de un vínculo empático por la diferencia de edad. No obstante, el hecho de tomar clases a distancia en tiempo real favoreció para cubrir esa necesidad de socialización.

“Gracias a la pandemia, los estudiantes aprendieron a ser resilientes y tolerantes. Considero que hasta favoreció para el manejo de sus emociones, por el tiempo tan significativo, tuvieron que verbalizar su sentir, nombrarlo para trabajar en ello, haciendo énfasis en que el apoyo de sus padres fue clave para que esto sucediera”, sostuvo.

TIC’s se volvieron una herramienta útil para el aprendizaje

Otro gran impacto fue el incremento en el uso de las TIC’s. La mayoría de los niños son hábiles con los recursos tecnológicos y los adaptaron muy bien a su proceso de aprendizaje. Asimismo, el confinamiento facilitó la resolución de problemas y, en la mayoría de los casos, sobre todo a nivel primaria y secundaria, la comprensión lectora, ya que esta modalidad les exigió leer más.

Los centros educativos tuvieron que realizar una reingeniería en sus programas para adaptarse a las necesidades actuales, ocasionando que los contenidos que se veían en clase fueran desglosados y revisados a detalle por los alumnos de manera individual, lo cual les exigió a estos un esfuerzo extra para comprender el tema.

Lo lamentable es que no todos los estudiantes tuvieron la oportunidad de continuar con sus estudios, aunque sea a distancia. De acuerdo con cifras de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19, realizada por el INEGI en 2021, 2.3 millones de personas entre 3 y 29 años no se inscribieron en el ciclo escolar ese año por motivos asociados a la pandemia, provocando un rezago significativo.

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