Rigel Barros Minimalist

Por Rigel Barros

El ámbito publicitario parece que ha pasado desapercibido ante las manifestaciones que, con toda justificación, han emprendido las mujeres mexicanas para exigir igualdad, equidad y eliminar la violencia de género.

Tenemos que reconocer que nuestro gremio ha fortalecido, durante más de medio siglo, los estereotipos que hoy son vistos como obsoletos ante una dinámica en la que las mujeres han ganado terreno en diferentes ámbitos laborales y de poder en la vida pública. Basta con ver los anuncios relacionados con productos para el hogar, desde un detergente hasta un electrodoméstico, para entender que la publicidad ha normalizado que ese es terreno femenino, sin posibilidad de ser comprendido por los hombres.

Los anuncios, principalmente los que se transmiten en medios convencionales, siguen emitiendo mensajes para una generación anterior. Se retrata a la mujer independiente como una heroína del multitasking: va al gimnasio, cumple con su vida laboral y social, es la responsable en casa y, además de todo, lo logra prácticamente sin despeinarse.

Jean Kilbourne, estudiosa del tema desde los 60’s, señaló al periódico El País que “la publicidad juega con esa sensación de que nunca estamos haciendo lo suficiente: no estás lo suficientemente perfecta y, por supuesto, no estás cuidando tu hogar como toca, no estás limpiando lo suficiente, no estás cocinando los productos que deberías”.

Además, esa misma publicidad es la que empuja el “pink tax” o “impuesto rosa”, es decir, el sobreprecio en los productos de cuidado personal para mujeres (comparado con un producto similar para hombres o neutro).

Vivimos una época de cambios donde los medios de comunicación juegan un papel fundamental. El publicista tiene la obligación de acompañar a su época e incluso de ser un visionario. Si no anunciamos un auto como en la era de Mad Men, entonces por qué no nos involucramos en campañas inclusivas sin que por ello mostremos una realidad aspiracional fuera de toda proporción.

Hoy, el marketing digital es una herramienta fundamental no sólo para conocer realmente los comportamientos del público, sino también para ofrecer ideas más creativas, sensibles e involucradas con nuestro contexto. Basta con ver la última campaña de Tecate para entender que hasta las marcas enfocadas en hombres pueden dar pasos en la dirección correcta.

Sí, tenemos heroínas del multitask y no son pocas, pero no les exijamos más; acerquemos las soluciones que ellas están esperando de las marcas sin crear nuevos estereotipos.

Sí, tenemos hombres que se ocupan de las labores de la casa: hagámoslos visibles y ayudemos a normalizar la equidad de género.

No sé, son ideas.

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