Por Ana Sordo
Gerente de marketing, contenido y marcas para HubSpot Latam
Twitter: @anaisabelsorfer
“Promocionales, peluchitos, pósters, expos y publicaciones en Facebook. ¿Eso es todo lo que hacen en mercadotecnia, cierto?”. Más de una vez recibí esta pregunta cuando trabajaba para una empresa de tecnología donde el 90 por ciento de los empleados eran ingenieros en sistemas. “Ustedes sólo gastan y gastan”. Esa también era una frase muy popular.
Desde los inicios de mi carrera, había procurado mantenerme al día conectando con otros marketeros que compartieran mi pasión, identificando posibles mentores y asistiendo a un sinfín de eventos relacionados con la industria. Algo era seguro, no podía culpar a mis amigos ingenieros por pensar así.
Sin importar la empresa para la que trabajáramos mis colegas y yo, al final de cada cuarto, en las revisiones de resultados, había una pregunta de la que dependería el futuro de nuestros planes y proyectos: “¿Cuál es el retorno de inversión en marketing?”.
Más de sesenta años habían pasado desde el primer anuncio en televisión y, a pesar de eso, la industria seguía entorpecida por no saber reconocer el verdadero valor de colocar mensajes que llegarían a millones. Mensajes que se volvieron intrusivos, tan intrusivos que nos han llevado a los consumidores a optar por servicios de paga con tal de no tener que aguantarnos los mismos anuncios una y otra vez.
“El marketing no se puede medir y, además, hace daño a la imagen de tu marca. Los mercadólogos arruinan todo”. Esta última frase nunca la escuché y si lo hacemos bien, nunca la escucharemos. Los consumidores cambiaron, la tecnología también y nosotros como mercadólogos tenemos la oportunidad de hacerlo.
Considera cuándo fue la última vez que compraste algo, ese algo que llevabas días pensando, ese algo por el que has preguntado a tus amigos, buscado información online y comparado opiniones de otros consumidores.
La decisión no se basó en esos anuncios que interrumpieron tu atención o en los millones de espectaculares que viste. Tu decisión se basó en contenido, en información, en recomendaciones.
Es momento de dejar de interrumpir y comenzar a crear contenido que tu audiencia disfrute.
Es el mejor momento para ser mercadólogo
Hoy ser mercadólogo implica ser tecnólogo, que consiste en conocer y saber utilizar herramientas para automatizar nuestro trabajo al mismo tiempo que optimizamos recursos.
Ya no hay excusas para no conocer el retorno de inversión de nuestras actividades de marketing; gracias a la tecnología, podemos identificar qué campañas son las más exitosas.
Cambiamos de las medidas banales como awareness o likes a medidas como ingresos y nuevos clientes.
Hoy ser mercadólogo significa ser storyteller, contar la historia de tu empresa y conectar con tu audiencia de una manera humana donde ellos son el personaje principal, no tus productos.
Somos sociólogos, no en profesión pero sí por intención; curiosos por identificar aquellos momentos donde podemos mejorar la vida de nuestra audiencia.
Como mercadólogos somos estrategas. El departamento de mercadotecnia se ha convertido en aquel equipo del que depende el crecimiento de la empresa.
Hoy tenemos la oportunidad (y responsabilidad) de hacer mejor marketing. Un marketing no intrusivo, enfocado en ser útil para las personas, medible y con el objetivo de hacer crecer a tu empresa.
Sigue a The markethink y entérate de los temas más actuales y sobresalientes de la industria