Por Enrique Plascencia
Director general de Software SICOSS
Twitter: @SWSiCOSS

Una mañana, Laura se despierta y cae en cuenta de que la rutina diaria la ha convertido en un ser grisáceo, que entre el día y la noche hay muy poca diferencia y que cada vez es más pesado encontrar ánimos debajo de sus sábanas para levantarse y enfilarse hacia la oficina.

Laura siente que todo cuanto sucede en sus jornadas de trabajo de más de doce horas diarias es poco más que el resultado de un camino sin principio ni final, una espiral que únicamente la consume y en la que no parece haber un punto de retorno. De algún modo, en cuanto su entusiasmo fue apagándose, también su salud comenzó a verse afectada. Los dolores de cabeza fueron más frecuentes y las consecuencias gástricas también. Por lo tanto, sus ausencias en la oficina fueron más recurrentes y el trabajo terminó por acumularse, convirtiéndose su vida laboral en un peligroso círculo vicioso.

Laura pertenece al 75 por ciento de los trabajadores mexicanos que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), padecen las consecuencias del estrés laboral. Definido por dicho organismo como “la reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación”, el estrés laboral supone diversos riesgos ligados a la salud física y mental de los trabajadores.

Cuando un trabajador presenta estrés laboral, suele ser más enfermizo, tener poca motivación y, por lo tanto, ser menos productivo. De allí que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) considere este fenómeno como una “enfermedad peligrosa para las economías industrializadas y en vías de desarrollo, perjudicando la producción al afectar la salud física y mental de los trabajadores”.

En un afán por prevenir las consecuencias provocadas por el estrés laboral y por regular que las condiciones adecuadas de trabajo sean facilitadas por los empleadores, en nuestro país está próxima a entrar en vigor la Norma Oficial Mexicana (NOM) 030, la cual busca establecer las disposiciones que los centros de trabajo deberán adoptar para prevenir este fenómeno, pues de lo contrario podría haber un impacto significativo en el pago de las cuotas obrero-patronales.

Si bien aún están por definirse cuáles serán las incapacidades que estarán relacionadas con el estrés laboral, los riesgos pueden ser los mismos que los ocasionados por incapacidades ligadas a trabajos físicos. Es importante que los empleadores estén preparados para evitar un incremento en las cuotas obrero-patronales requeridas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que éstas provoquen el pago excesivo de multas.

Por ello, el uso de herramientas tecnológicas -como Software SICOSS- que ayuden a las empresas a tener un control adecuado y les permitan una optimización de sus procesos de nómina y seguridad social es fundamental para estar al día en sus cuotas obrero-patronales y para que los colaboradores que se encargan de dichos procesos mantengan un balance vida-trabajo.

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