Ciudad de México.- Las cosas han cambiado drásticamente en los últimos tres meses, este tiempo ha resultado ser una prueba a nuestra capacidad de adaptación, las empresas en América Latina están viendo cómo sus estrategias para crecer han sido sustituidas por acciones para sobrevivir y las personas hemos tenido que adaptarnos a nuevas formas de vida, de trabajar, de comprar y de hacer negocios. El Covid-19 ha modificado nuestros hábitos de consumo: hoy en día hacemos home office, llevamos a cabo videollamadas, comemos más en casa, compramos nuestra despensa a distancia y hasta jugamos más en línea.
Desde que iniciaron las acciones para controlar los contagios de Covid-19 mediante el confinamiento y el distanciamiento social, el uso de internet de banda ancha en los hogares ha registrado un fuerte crecimiento, ocasionando que las personas comiencen a adquirir hábitos en línea.
El e-commerce tuvo un repunte importante, pues, de acuerdo con datos de la AMVO, tan sólo en la última edición del Hot Sale, realizada a finales de mayo, participaron 12.3 millones de compradores, de los cuales 7.1 millones fueron nuevos, y se registró una venta total de 20,100 millones de pesos vs. 11,082 millones de pesos que se logró en 2019.
La tecnología también cambió, la revolución digital tuvo que avanzar a un ritmo que nunca nos imaginamos. Empujó a empresas y a trabajadores a ir más allá de su zona de confort, buscando una forma de conservar a sus clientes quienes antes solían esperar hasta 48 horas para recibir un servicio o tener una devolución. Los compradores de hoy adquieren bienes y servicios en línea como nunca antes y la expectativa ahora es que las marcas sean más ágiles, personalizadas y que operen en un contexto más social.
Nuestro consumo en casa también se ha alterado: más tiempo frente a la computadora y menos en el tráfico matutino nos ha permitido consumir más televisión, pero no aquella que se sintoniza mediante ondas hertzianas, sino la que descargamos directamente de nuestro internet. El streaming creció enormemente, así como el consumo de videos de YouTube y música de plataformas como Spotify. Con mayor tiempo en casa, también el juego en línea aumentó, incluso deportes que nos apasionan como el futbol soccer se transformaron en e-sports, con toda la liga mexicana incluida en este modelo, y hasta las apuestas deportivas en línea se incrementaron con el encierro, en fin que nuestra vida se hizo más conectada.
Uno de los hábitos que crecieron durante la cuarentena fue el de pedir víveres a domicilio, así como el ordenar comida de restaurantes hasta la puerta de nuestro hogar, incluso sin entrar en contacto con el repartidor. Cifras de The Competitive Intelligence Unit señalan que la compra en línea en supermercados ostenta el 7.6% de las transacciones de comercio electrónico que se realizan, mientras que el servicio de delivery de comida alcanza un 4.8% del total.
Durante la presente contingencia, según datos de Nielsen, la visita a redes sociales ocupa el 67% del uso total del internet, le siguen el consumo de streaming con 61%, leer e-books con 58% y casi la mitad (48%) prefiere jugar en línea tanto en plataformas de e-sports como en casas de apuesta en línea. La actividad menos solicitada es escuchar podcasts.
En las próximas semanas, conforme las restricciones a las reuniones y el confinamiento se vayan relajando y estos números se estabilicen, podremos apreciar qué tanto se transformaron nuestros hábitos en línea, cuáles de ellos llegaron para quedarse y cuáles retornarán a su cauce normal. Sin embargo, podemos decir desde hoy que esta crisis nos forzó a zambullirnos en una era digital algo más profunda a lo que estábamos acostumbrados.
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