Fernando De Fuentes Sainz

Por Patricia Ornelas
Twitter: @PatyOrnelasV

La industria cinematográfica mexicana ha evolucionado impresionantemente en los últimos veinte años. Me tocó ir al cine en la década de los 80’s a ver una película que se había estrenado en Estados Unidos seis meses antes en salas gigantescas con pésimo sonido, butacas sucias con los resortes salidos, piso pegajoso y uno que otro ratón asomándose por ahí.

En lugar de un placer, era una aventura tortuosa ir al cine; hoy, en cambio, tenemos miles de salas de cine, casi una enfrente de la otra, con súper sistemas de sonido, mega pantallas, butacas de vinipiel reclinables y descansa pies, con películas para todos los gustos y un servicio impecable.

La razón de este cambio es, sin duda, la libre competencia de los empresarios del sector cinematográfico, así como las enormes inversiones privadas en infraestructura de salas y producción de películas. El apoyo del estado resulta también imprescindible para haber aumentado la producción de cintas nacionales, sólo hay que mencionar que mientras en el año 2000 se produjeron 28 filmes nacionales y en 2017 se llegó a 176.

Así, en el primer semestre de 2010 la taquilla mexicana representó 2.5 por ciento respecto a la global con 4 mil 690 salas y en el mismo periodo de 2018 fue de 8.1 por ciento con 6 mil 791 pantallas. De igual manera, los ingresos del cine mexicano en la primera mitad de 2018 ascendieron a 673 millones de pesos, 60 por ciento más que en los primeros seis meses de 2017 en los que se registraron 419 millones de pesos. Y las películas mexicanas tuvieron 14.4 millones de asistentes en el primer semestre de 2018, que representan 59 por ciento más que el periodo de enero a junio del año pasado.

Les cuento esto porque hace unos días Fernando De Fuentes Sainz, reconocido cineasta mexicano enfocado en películas de animación, fue electo por unanimidad como nuevo presidente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine). Fernando viene de una familia de cineastas: su abuelo Fernando De Fuentes Carrau es uno de los productores de cine más emblemáticos en nuestro país, las clásicas del cine mexicano El compadre Mendoza (1933) y ¡Vámonos con Pancho Villa! (1935) son parte de su legado. Adicionalmente, De Fuentes Carrau es considerado el inventor del género cinematográfico de la comedia mexicana con Allá en el Rancho Grande (1936), la primera película mexicana con gran éxito en los mercados extranjeros.

El papá de Fernando, Fernando De Fuentes Reyes, también fue productor y argumentista de cine, es decir, el nuevo presidente de la Canacine ha vivido, sufrido y disfrutado lo que es hacer una película, conseguir la inversión y lograr ponerla en las pantallas de México y del mundo, por lo que conoce a fondo los desafíos que hay en la industria.

Otro punto a subrayar es que en los últimos diez años el sector de exhibición había tenido la responsabilidad de representar a todos los industriales del cine, es decir, a los productores, distribuidores, laboratorios, estudios, talleres y proveedores, y hoy un productor tiene el gran reto de seguir impulsando el crecimiento del cine nacional pero también de lograr su rentabilidad.

Estamos seguros de que Fernando imprimirá más que su esfuerzo y talento en la industria cinematográfica mexicana del futuro.

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