cómo desarrollar estrategia sustentable

Por Alcibíades Pérez
Director de operaciones de Oliver Agency Latinoamérica

En un mundo cada vez más consciente de su impacto ambiental y de construir un futuro más sostenible, las marcas tienen el desafío de comenzar a crear planes de adaptación para ser sustentables y responsables con el medio ambiente.

Pero, ¿por dónde se debe empezar? En Oliver México creemos que no se trata sólo de seguir una tendencia o de hacer promesas vacías, sino de ser honestos con uno mismo y con los consumidores sobre los desafíos y oportunidades que existen para implementar prácticas sostenibles en el ámbito empresarial.

Para comenzar, es necesario evaluar el ámbito donde se desarrolla el producto o la solución que se ofrece y determinar dónde hay una oportunidad real y tangible de implementar prácticas sostenibles a largo plazo. A partir de ahí, es esencial desarrollar una estrategia completa que involucre a toda la empresa en el camino hacia la sostenibilidad, abarcando a todos dentro de la organización.

La responsabilidad de las marcas y los expertos en marketing en la lucha contra la crisis climática es innegable. Es necesario una transformación integral y multidisciplinaria que involucre a todos los actores relevantes. Es importante crear un “gobierno” que planifique, implemente y evalúe los resultados de los esfuerzos y, dentro de ese gobierno, los protagonistas comenzarán a tener un papel clave en la creación de una estrategia efectiva.

Esta estrategia debe identificar los canales adecuados, la línea de comunicación y las formas necesarias para dar a conocer, amplificar y sumar adeptos a la iniciativa de la marca.

Al final del día, la promoción de prácticas amigables con el planeta es una responsabilidad compartida entre las marcas, la industria y los consumidores, y es esencial que todos trabajen juntos para abordar la crisis climática y crear un futuro eco-amigable.

Una estrategia sustentable ética, honesta y transparente es clave para conectar con los consumidores

Si bien la promoción de prácticas eco-amigables es una responsabilidad compartida, la implementación de estas puede ser todo un reto en términos de costos. Como todo, creo que se trata de hacer un mix adecuado, de nada serviría hacer un producto 100% sustentable si de plano el impacto para el consumidor va a ser tal que no podrá usarlo. Si el consumidor no lo compra, más temprano que tarde saldrá del anaquel y se perderá ese esfuerzo.

Sin embargo, si de plano se traza una estrategia a mediano plazo donde vayan de la mano comunicación, posibles subidas de precio y demostración de “resultados”, podríamos tener más posibilidades de alcanzar el punto deseado porque el mismo consumidor entenderá por qué debería incluir ese producto en su compra habitual.

En un mundo “multipantallas”, la publicidad tiene un papel clave en la promoción de prácticas sostenibles. Si una marca es capaz de transmitir un enfoque honesto, sincero y comprometido con la sostenibilidad, y además lo hace de forma orgánica y auténtica, se podrá lograr un cambio real en los comportamientos de los consumidores. El problema viene cuando el consumidor identifica alguna agenda oculta, pues el efecto puede ser totalmente contrario y alejarlo indefinidamente de la causa.

Es por ello que es crucial que las marcas trabajen desde un enfoque humano y ético, basado en la transparencia y la autenticidad, para poder generar una verdadera conexión con los consumidores y lograr un impacto positivo en el mundo. La tarea no es fácil, pero la necesidad de actuar de manera responsable es cada vez más urgente.

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