Por Carlos Díaz Ojeda
General manager de DispatchTrack Latinoamérica
En el marco del Día Internacional del Planeta, celebrado cada 22 de abril, es fundamental reflexionar sobre prácticas que promueven la sostenibilidad ambiental. Una de estas prácticas es la logística verde, que busca minimizar el impacto ambiental de las operaciones logísticas mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora de la eficiencia energética y la implementación de tecnologías sostenibles.
En México, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) ha reportado una reducción significativa de emisiones contaminantes gracias al Programa Ambiental y de Cambio Climático (PACC) 2019-2024, superando la meta establecida para 2024, que consistía en reducir el 10% de las emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2e) con base en las emisiones de 2016. Actualmente se registra una reducción de 2 millones 260 mil 656 toneladas anuales de los gases que provocan el cambio climático, lo que representa un avance del 102.7% respecto a la meta establecida.
Además, la implementación de Sistemas de Gestión de Transporte (TMS) basados en Inteligencia Artificial permite optimizar rutas y reducir emisiones, contribuyendo a una logística más eficiente y respetuosa con el medio ambiente. La logística inversa y la economía circular también juegan un papel crucial, permitiendo la reutilización de materiales y la reducción de residuos.
Estas iniciativas no solo benefician al medio ambiente, sino también ofrecen ventajas competitivas a las empresas, como la mejora de la eficiencia operativa, la atracción de consumidores conscientes y el cumplimiento de regulaciones ambientales.
Acciones para minimizar el impacto ambiental de las operaciones logísticas
En un escenario global marcado por la emergencia climática, las empresas enfrentan una presión creciente por adoptar prácticas sostenibles. Pero lejos de ser una carga, esta transformación representa una oportunidad estratégica. La logística verde ha dejado de ser un concepto aspiracional para convertirse en un pilar clave de las operaciones modernas. Hoy, más que nunca, es posible —y necesario— reducir el impacto ambiental sin comprometer la eficiencia.
La cadena de suministro, tradicionalmente enfocada en la velocidad, el volumen y la reducción de costos, está atravesando un punto de inflexión. La pregunta ya no es si se puede hacer más rápido o más barato, sino si se puede hacer mejor, de manera más responsable. Y ahí es donde entra en juego la logística verde.
La logística verde abarca un conjunto de prácticas enfocadas en minimizar el impacto ambiental de las operaciones logísticas. Desde la selección de materias primas hasta la entrega al cliente final —la llamada “última milla”—, cada etapa ofrece oportunidades concretas para reducir emisiones, optimizar recursos y generar menos residuos. Esto incluye, entre otras acciones, el uso de vehículos eléctricos o híbridos, empaques reciclables, iluminación eficiente en almacenes y, quizás lo más importante, la incorporación de tecnología para planificar mejor las rutas y reducir desplazamientos innecesarios.
Soluciones inteligentes para la implementación de una logística verde
La logística verde no se logra únicamente con buenas intenciones. Se necesita infraestructura, inversión y, sobre todo, tecnología inteligente. Afortunadamente, hoy contamos con herramientas accesibles que permiten a empresas de todos los tamaños avanzar en este camino.
Por ejemplo, soluciones como PlannerPro permiten planificar rutas de entrega de manera inteligente, reduciendo los kilómetros recorridos y optimizando el uso de recursos. Esto se traduce en una menor emisión de gases contaminantes y una mejora en la puntualidad de las entregas, un doble beneficio que impacta positivamente en el negocio y el medio ambiente. De acuerdo con datos de DispatchTrack, en Latinoamérica, las entregas aumentaron 7.11% (11,153,336), mientras que las rutas crecieron 12.92% (925,024) en marzo de 2025 vs. el mismo periodo del año pasado.
Otro ejemplo es LastMile, una solución diseñada específicamente para hacer más eficiente y sostenible la última milla, uno de los tramos más costosos y contaminantes de la logística. Gracias al seguimiento en tiempo real y la optimización de la tasa de éxito en la primera entrega, se reduce la necesidad de repetir envíos, disminuyendo el tráfico y las emisiones.
Incluso en modelos de negocio que requieren inmediatez, como los de entregas ultrarrápidas en menos de 2 horas, es posible aplicar criterios de sostenibilidad. QuickCommerce, por ejemplo, integra la gestión centralizada de pedidos y rutas, lo cual permite minimizar desplazamientos innecesarios y mejorar la coordinación entre almacenes y flotas.
El compromiso con el planeta ya no es solo una cuestión ética, es también una ventaja competitiva. Las empresas que entienden esto y actúan en consecuencia se encuentran mejor posicionadas para prosperar en un entorno cada vez más exigente.
El futuro de la logística no solo es rápido y eficiente. Es, sobre todo, sostenible.
Foto: Imagen generada por IA
¿Te quieres enterar de los acontecimientos más recientes de la industria de la mercadotecnia y los negocios? Síguenos en Instagram y TikTok.