Por Marta Bonadie
Fundadora y directora general de Taller 1339
Con el diseño de interiores, cada “rinconcito” cuenta una historia. Desde el espacio en una oficina hasta un departamento, tiene el potencial de convertirse en algo único. Este proceso de transformación surge de una planificación estratégica que integra tres elementos esenciales: el mobiliario, la iluminación y las múltiples texturas que surgen al experimentar con distintos materiales.
Cuando se combinan adecuadamente estos componentes, tienen el poder de convertir un espacio común en uno extraordinario.
¿Por qué son importantes estos tres elementos en el diseño de interiores?
Mobiliario: el núcleo del diseño
El mobiliario no solo es funcional, es la base sobre la cual se construye la identidad de un espacio. Cada pieza debe ser seleccionada no solo por su utilidad, sino también por su capacidad para aportar comodidad, seguridad y estilo. En México, donde la diversidad cultural es una riqueza, el mobiliario puede incluso reflejar tradiciones locales o tendencias internacionales, creando un equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo.
Para ello, la elección de los materiales y acabados es crucial. La madera aporta calidez y conexión con la naturaleza, mientras que el metal y el vidrio ofrecen un toque de modernidad y sofisticación.
Por otro lado, la disposición del mobiliario influye en la circulación y la percepción del espacio, haciendo que incluso los ambientes más pequeños se sientan amplios y acogedores.
Iluminación: el alma del ambiente
La iluminación es mucho más que una necesidad funcional, es un elemento que define el ambiente y la atmósfera de un espacio. Una adecuada combinación de luz natural y artificial tiene la capacidad de transformar un lugar, ya que puede resaltar sus mejores características y crear diferentes ambientes según la ocasión.
La luz natural es un recurso valioso que debe aprovecharse al máximo, por ejemplo, hacer uso de grandes ventanales, tragaluces y usar colores claros en las paredes pueden maximizar la entrada de luz, haciendo que los espacios se sientan más amplios y luminosos.
La iluminación artificial, por su parte, debe integrarse de forma estratégica: las luces generales o ambientales para garantizar una iluminación uniforme del espacio, y las luces de tarea para iluminar un área específica donde se realice una actividad particular como leer, cocinar o trabajar. A diferencia de la iluminación general que ilumina toda una habitación, las luces de tarea proporcionan una luz enfocada en cierta zona para mejorar la visibilidad y facilitar su realización.
El diseño de iluminación también debe considerar la eficiencia energética, haciendo uso de tecnologías que reduzcan el consumo y el impacto ambiental. Además, debe adaptarse a las necesidades de los usuarios y a las características del espacio.
Textiles: el toque final que marca la diferencia
Los textiles son los elementos que aportan textura, color y confort a un espacio. Las cortinas, alfombras, cojines y tapices no solo decoran, sino también cumplen algunas funciones prácticas como la regulación acústica y térmica.
En la actualidad, algunos colegas en sus proyectos ya han utilizado el tejido como elemento arquitectónico para crear formas suaves y onduladas suspendidas desde el techo que filtran la luz, creando ambientes más suaves, sin luces directas ni reflejos agresivos, al mismo tiempo que se mejora la acústica al absorber el sonido, reduciendo el eco y el ruido en espacios grandes como auditorios, oficinas abiertas o museos.
La elección de los textiles debe ser coherente con el estilo y la función del espacio. Por ejemplo, en un entorno corporativo, elementos y materiales que absorban el sonido pueden mejorar la concentración, mientras que en un hogar son mejores los tejidos suaves y cálidos para crear un ambiente acogedor y relajante.
Otro aspecto favorable de los textiles es que permiten la personalización del espacio al reflejar los gustos de quienes lo habitarán. La combinación de diferentes texturas y colores puede añadir profundidad y dinamismo, haciendo que cada rincón sea único y especial.
La sinergia de estos tres elementos crea espacios funcionales y acogedores
Cuando el mobiliario, la iluminación y los textiles se combinan de manera armónica, el resultado es un espacio que no solo es estéticamente agradable, sino también funcional y encantador. Cada elemento debe trabajar en conjunto, complementándose y fusionándose adecuadamente.
Por ejemplo, una lámpara de diseño puede convertirse en el punto focal de una habitación, mientras que una alfombra de colores vibrantes puede añadir calidez y confort. El mobiliario debe estar dispuesto de manera que favorezca la circulación y aproveche al máximo la luz natural, mientras que los textiles deben aportar suavidad y textura, creando un ambiente acogedor y personalizado según los gustos de cada persona.
El diseño de interiores es una herramienta poderosa para transformar espacios comunes en lugares únicos y funcionales. A través de una cuidadosa selección y combinación de mobiliario, iluminación y textiles, es posible crear ambientes que no solo sean estéticamente agradables, sino también respondan a las necesidades y emociones de quienes los habitan.
Como profesionales del diseño, nuestro compromiso es utilizar estos elementos para crear espacios que inspiren, funcionen y, sobre todo, hagan sentir a las personas que están en un lugar único y especial.
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