ausentismo laboral Super Bowl LV

Lowell, Massachusetts / Weston, Florida.- Se estima que 16.1 millones de empleados estadounidenses podrían faltar al trabajo el lunes después del Super Bowl LV, según la encuesta anual sobre ausentismo del Super Bowl encargada por The Workforce Institute de UKG y realizada en línea por The Harris Poll a más de mil empleados adultos. Sin embargo, más de dos tercios de los empleados estadounidenses (69%) dicen que se sentirían culpables de fingir estar enfermos para no trabajar el día después del Super Bowl este año cuando tanta gente está realmente enferma.

Mientras que el COVID-19 sigue influyendo en casi todas las facetas del trabajo y de la vida personal, más de uno de cada diez empleados estadounidenses (11%) —lo que podría equivaler a más de 15 millones de empleados adultos— manifiestan que tienen previsto ver el Gran Juego en una fiesta sin tomar precauciones por el coronavirus (distanciamiento social, límites de asistencia, uso de cubrebocas). Aunque este dato es alarmante, es un recordatorio vital para que las empresas tengan un plan de juego lo más sólido posible para prevenir las transmisiones en el lugar de trabajo mucho después del silbatazo final.

A pesar del trabajo remoto generalizado, se espera un ausentismo laboral casi récord relacionado con el Super Bowl. Si bien es cada vez más común que los empleados pidan el lunes después del juego como día libre, varios empleados practicarán “ghosting” con su empleador.

¿Cómo serán las tendencias de ausentismo laboral este “Súper Lunes”?

Alrededor de 16.1 millones de empleados estadounidenses afirman que piensan faltar al trabajo el lunes siguiente del Super Bowl LV. ¿La buena noticia? Se estima que 8.8 millones de empleados se tomarán un día personal / PTO (Tiempo Libre Remunerado) pre aprobado este año.

Sin embargo, 4.4 millones de empleados admiten que piensan llamar al trabajo para decir que están enfermos, aunque realmente no lo estén.

La tendencia al “ghosting”, es decir, que los empleados no se presenten a trabajar y no le digan a nadie que van a faltar, sigue creciendo: se calcula que 2.9 millones de empleados van a trabajar de forma “fantasma” este año, lo que supone casi el doble de la cifra del año pasado que fue de 1.5 millones de trabajadores.

Mientras que 10.2 millones de empleados aseguran que tienen previsto empezar a trabajar más tarde de lo normal el Súper Lunes de este año, otros 10.2 millones esperarán hasta el último momento —el domingo por la noche o el lunes por la mañana— para decidir. Esto significa que el número total de ausencias laborales podría ser incluso mayor de lo previsto.

Los empleados con acuerdos de trabajo a distancia pueden aprovecharse de estar en casa: un tercio de los empleados (33%) que trabajan a distancia al menos una parte del tiempo confiesan que se relajarán el día después del Super Bowl porque su empleador no lo sabrá.

Por otro lado, más de dos tercios de los empleados estadounidenses (69%) dicen estar preocupados por que las reuniones relacionadas con el Super Bowl se conviertan en “eventos de súper propagación”. Esta preocupación parece justificada.

Más de la mitad de los empleados (54%) comentan que conocen al menos a una persona que tiene previsto organizar o asistir a una fiesta para ver el Super Bowl este año.

El 11% de los empleados tiene previsto ver el Super Bowl LV en una fiesta, ya sea en su casa o en la de otra persona, sin tomar precauciones por el COVID-19.

Por el contrario, el 6% tiene previsto ver el partido en una fiesta tomando las medidas necesarias ante el COVID-19.

En general, un poco más de la mitad de los empleados (51%) tiene previsto ver el partido en casa sólo con las personas con las que residen.

Entre los empleados que acuden a un lugar de trabajo físico de vez en cuando, casi tres de cada cinco (57%) afirman estar preocupados por trabajar los días siguientes del Super Bowl debido a que las personas con las que trabajan o las que los rodean pueden haber estado expuestas al COVID-19 por haber asistido a una reunión.

El COVID-19 puede cambiar la forma de “irse de pinta” en el futuro, pero los empleados siguen manteniendo la esperanza de que el Super Bowl se convierta algún día en un día feriado.

En un signo de empatía, la mayoría de los empleados (69%) dicen que se sentirían culpables de fingir estar enfermos para tomarse el día libre después del Super Bowl este año cuando hay tanta gente realmente enferma de COVID-19.

Más de la mitad de los empleados (53%) también admiten que tendrían miedo de avisar que están enfermos el día después del Super Bowl este año porque su empleador podría exigir una nota del médico o una prueba COVID-19 negativa antes de permitirles volver al trabajo.

En general, el 51% de los empleados afirma que su empresa está planificando de forma proactiva el ausentismo laboral que puede producirse el lunes después del Super Bowl, lo que supone un ligero descenso respecto al 56% del año pasado.

Mover la fecha del Super Bowl, la cura para evitar ausentismo laboral el lunes siguiente

Casi dos tercios de los empleados (64%) creen que la NFL debería trasladar el Super Bowl a la noche del domingo anterior al Día de los Presidentes, a mediados de febrero, para que el lunes siguiente caiga en un día festivo nacional en el que muchos negocios estadounidenses cierran.

En general, el 39% de los empleados cree que el día después del Super Bowl debería ser un día feriado.

“Los empleados están ansiosos, estresados y totalmente agotados. No es de extrañar que se aferren al Super Bowl para tener una sensación de normalidad, aunque sólo sea una excusa para tomarse un día libre. Las empresas deberían aprovechar la semana que precede al Super Bowl para comunicarse abierta y honestamente con los empleados sobre sus planes para el día del partido, a fin de garantizar que los comportamientos arriesgados fuera del horario de trabajo no pongan en peligro a los compañeros, a los clientes y a sus comunidades cuando vuelvan a trabajar. El reto será hacerlo de una manera que no reprima el compromiso de los empleados. De otra manera, un día de pequeñas disrupciones con un elevado ausentismo laboral puede convertirse en semanas de problemas”, afirmó Chris Mullen, director ejecutivo de The Workforce Institute de UKG.

“A pesar de la pandemia, el Super Bowl puede seguir siendo un evento en el que las empresas reúnan a sus empleados. En lugar de buscar oportunidades creativas para atraer a la gente al trabajo el lunes por la mañana, deberían ser transparentes a la hora de enfatizar y mejorar sus protocolos de seguridad. Recuerden que la mayoría de los empleados que planean ver el partido lo harán de forma segura. Asegúrense de que los administradores de personal atiendan las preocupaciones individuales. Aunque sea difícil, vayan más allá de las normas básicas, como limitar aún más el número de personas en una oficina. Los empleados recordarán estas acciones mucho tiempo después de que la pandemia termine”, manifestó Sharlyn Lauby, miembro del consejo de The Workforce Institute de UKG.

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