Por Mauricio Sánchez
Director general de Grupo Human
Twitter: @GrupoHuman

Durante la primera mitad de 2016, 43 de cada 100 mujeres participaron en alguna actividad económica en el país, mientras que la participación de los hombres se registró en un 78 por ciento. La incursión de las mujeres al mercado laboral es bajo en comparación con la de los hombres; diversos factores como la discriminación, poca flexibilidad laboral, insuficiencia de servicios como guarderías y una inequitativa repartición de tareas en el hogar contribuyen a este fenómeno.

A nivel global, la participación femenina en la actividad laboral es de 49.6 por ciento y la de los hombres es de 76.1 por ciento, según el estudio Las Mujeres en el Trabajo. Tendencias 2016 realizado por la OIT. Tanto a nivel nacional como mundial, la desigualdad de oportunidades laborales entre géneros es notable y las razones básicamente son las mismas.

Se pueden identificar varios momentos claves en los cuales las mujeres se enfrentan a situaciones de discriminación o inequidad laboral:

1) Oportunidades laborales: Mientras las empresas consideren menos equidad en las oportunidades laborales que ofertan, menores serán las ofertas para las mujeres. Esto es un obstáculo para generar ingresos y adquirir seguridad económica.

2) Salario: En la mayoría de los casos, es menor en comparación con el de los hombres. A escala mundial, una mujer gana el 77 por ciento de lo que gana un hombre que ocupa la misma posición.

3) Horarios extensos: A nivel mundial, las mujeres trabajan en promedio 73 minutos más que los hombres, tomando en cuenta el trabajo remunerado y el no remunerado entendido como tareas del hogar.

4) Estereotipos: Actualmente, en gran parte del mundo a las mujeres aún se les relaciona mayormente con el trabajo de cuidado no remunerado y con tareas relacionadas con el hogar.

5) Retiro/Jubilación: En el mundo 200 millones de mujeres se retiran sin recibir alguna pensión o ayuda de manutención, cifra mayor en comparación con 115 millones de hombres retirados sin recibir algún tipo de ayuda.

Frente a este panorama, las empresas tienen el compromiso de generar oportunidades laborales equitativas e incluyentes, ofrecer salarios competitivos que reduzcan la desigualdad por motivo de género y concientizar a los colaboradores con campañas de comunicación interna sobre respeto e igualdad, así como reconocer a nivel social los derechos y las obligaciones que tienen mujeres y hombres por igual.

Una organización que brinde las mismas oportunidades para mujeres y hombres será una organización diversa, lo que fomentará la creatividad y propiciará un buen ambiente de trabajo. Si bien las mujeres han luchado por adquirir un lugar en un mundo laboral difícil para ellas y han logrado un merecido reconocimiento, aún hay mucho camino que recorrer, en el cual la organización juega un papel fundamental para incentivar la colaboración incluyente y el respeto entre ambos géneros.

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