Por Altura Interactive
Twitter: @AlturaInt

El siglo XX pintaba a los años 2000 como la era de cambio en el mundo tecnológico con creencias que hasta el momento nos parecen un poco fantasiosas, ya que incluso muchos llegan a pensar que en algún momento de este siglo el desarrollo en la tecnología se estancó. Sin embargo, no hemos notado aquellos detalles que nos demuestran que el futuro es ahora y que realmente no lo estamos aprovechando.

En primer lugar, el internet le dio un cambio radical a nuestras vidas. En la actualidad, la mayoría de la población no puede vivir sin conexión a la red y no sólo por el entretenimiento que ahí puede encontrar. Además de los empleos, cada vez son más las cosas que se digitalizan y mantienen una conexión para brindarnos un mejor servicio o experiencia de uso (lo podemos presenciar en el internet de las cosas). Pero a pesar de todos estos beneficios, parece que las casas inteligentes, los autos que se conducen solos y las reproducciones holográficas aún no tienen cabida en nuestro día a día.

Un gran ejemplo de esto lo podemos presenciar en la tecnología wearable. Desde hace ya varios años, marcas han trabajo en dispositivos que fungen las mismas funciones que un accesorio cualquiera pero que en realidad tienen mucho más que ofrecer: tecnología de última.

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Si bien es cierto que los smartphones vinieron a revolucionar nuestro estilo de vida y la forma de comunicación, la tecnología wearable vino a perfeccionarla. Relojes inteligentes que facilitan la conexión a tus dispositivos móviles, gafas con realidad aumentada, pulseras que miden tu ritmo cardíaco, zapatos deportivos con GPS integrado y demás accesorios están al alcance de nuestras manos y, al igual que cualquier otro producto, sus ventas van en crecimiento pero no con tanto éxito como se esperaba.

Investigando un poco sobre el tema, varios estudios de años anteriores proporcionados por eMarketer pronostican que para 2018 el consumo de wearables estaría presente en 81.7 millones de usuarios. No obstante, estamos a un salto de llegar a ese año y los más recientes estudios de la misma consultora demuestran que el crecimiento de éstos se ha desacelerado. ¿Cuál es la verdadera razón de esto? eMarketer menciona que las ventas en la navidad pasada fueron muy pocas y la principal razón se debe a que todavía no han conquistado el interés de los consumidores. Pero, ¿de dónde proviene esta falta?

Lo que podemos pensar en primera instancia es que la mayoría de estos dispositivos wearables fueron diseñados para el mundo del deporte o enfocándose en éste. Muchas marcas, que en realidad no son desarrolladores de tecnología pero tienen relación con el mundo fitness, trabajan en modelos que les permitan a las personas llevar un control de sus resultados para mejorar el entrenamiento físico y, pese a tener muchas otras funcionalidades que facilitan las actividades diarias, los consumidores se excluyen por sí mismos del target. Lo cual no debería ser así, pues todos necesitamos mantenernos al pendiente de nuestra salud y, en teoría, hacer ejercicio de manera constante.

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También hay que relacionarlo con el poder adquisitivo. Al ser tecnología de última, con diseños muy meticulosos, es fácil pensar que no cualquiera la puede solventar cuando realmente es todo lo contrario. La gran mayoría de los wearables tienen un precio por debajo del promedio de los smartphones e incluso muchas de las marcas más populares tienen los precios más accesibles en el mercado.

Por último, hagamos una pregunta que defina las prioridades de los consumidores: ¿en realidad estamos preparados para facilitar aún más las tareas?

Podemos contar más de diez marcas que han diseñado sus propios relojes inteligentes que son compatibles con todos los sistemas operativos, que agilizan la interacción y conectividad con tu dispositivo móvil, monitorean tu salud, gestionan otros dispositivos inteligentes (como los electrodomésticos) y tienen diseños tan atractivos que los convierten en los accesorios predilectos por excelencia. ¿Y qué decir de los audífonos inalámbricos? Marcas como Sony están trabajando en modelos desarrollados con inteligencia artificial que atienden a las especificaciones de los usuarios, proporcionándoles las herramientas necesarias, recomendaciones y demás funcionalidades personalizadas.

Posiblemente sea el miedo al cambio o la preferencia a invertir en un dispositivo móvil de mejor calidad. Sea cual sea el caso, los wearables aún no forman parte de las necesidades de primera mano para los consumidores, pero esto no significa que no debemos adaptarnos, abrirnos la puerta del futuro e integrarnos a él.

Además, en términos de mercadotecnia, al igual que los consumidores, debemos visualizar todas las posibilidades que éstos generan como intermediarios para tomar una decisión de compra. Actualmente, los relojes inteligentes nos brindan una excelente oportunidad para crear acciones de email marketing que estamos desaprovechando.

Por lo tanto, debemos ser más visionarios con todos los regalos que nos está dando la tecnología del siglo XXI y, al igual que los smartphones, darles una gran bienvenida como un miembro más para nuestras actividades diarias.

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