Por Claudio Kandel
Director de DiSí Operaciones
El entorno macroeconómico está cambiando y en los últimos meses la inflación ha cobrado gran relevancia derivada de su incremento reportado en muchos medios de comunicación.
La inflación es un término económico que se refiere al aumento constante y generalizado en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INCP) y, por lo general, se mide cada año. En otras palabras, la inflación indica que todo está más caro cada día y, por lo tanto, la capacidad de comprar se contrae, compramos menos cosas con la misma cantidad de dinero.
Los efectos de la inflación en los negocios
Los empresarios deben ser conscientes del impacto que tiene este fenómeno en sus negocios. Uno de los primeros efectos que conlleva la inflación son los precios de venta. Los costos de la materia prima aumentan y esto genera una inelasticidad del precio en el cual un cambio por minímo que sea influye directamente en la cantidad de producto que el cliente puede adquirir.
Los esquemas de costos se incrementan debido a la constante alza de precios en las materias primas; por ende, la empresa gasta más dinero en la producción de la misma cantidad de bienes. Este fenómeno tiene un efecto importante en la operación de la empresa, pues el empresario se ve obligado a decidir entre disminuir el margen de utilidad o incrementar el precio de venta, vulnerando la rentabilidad del negocio.
La operación también se ve comprometida con la inflación, ya que los empresarios buscan cómo recortar gastos sin afectar significativamente la calidad del producto o servicio que ofrece, recurriendo a medidas como reducir la plantilla de atención a clientes de tres empleados a solo uno.
Por su parte, el flujo de caja también resulta afectado por los efectos de la inflación. Con los incrementos constantes en los precios de los insumos, los empresarios se enfrentan a un margen de ganancia disminuido; por ende, el flujo de caja es menor. Para enfrentar esta situación, nuevamente los empresarios deben tomar una complicada decisión, aumentar sus precios para no sacrificar utilidad aunque sea probable que sus ventas disminuyan o tratar de vender más al mismo precio.
Existen muchos efectos generados a raíz de la creciente inflación. Como ya señalamos, este fenómeno provoca una ralentización en las ventas y en la actividad económica. Es recomendable que las empresas busquen promover la compra del producto mediante ofertas y promociones llamativas para el cliente, además de tratar de cuidar los costos y mantener sus precios lo más estables posible.
Los tiempos siguen siendo complicados para los empresarios, quienes deben poner especial atención en las estrategias que siguen y cómo las aplican para poder crecer y prosperar. La inflación es un fenómeno complejo por lo cual se deben realizar ajustes en los gastos para que los costos de operación impacten lo menos posible a sus clientes.
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