Ciudad de México.- La falta de integridad en un colaborador puede llevarlo a cometer delitos en el desempeño de su trabajo, desde el robo de bienes, dinero o información, sobornos hasta el incumplimiento de las normas de convivencia y reglas de trabajo.
En materia laboral, es inminente que se viven tiempos donde las empresas tienen que responder a los cambios en materia de contratación, evaluación y gestión del talento, lo que las empuja a implementar soluciones tecnológicas que les permitan sistematizar y consolidar sus procesos de selección con el objetivo de ser más ágiles y asertivas en sus procesos.
Entonces, ¿la integridad de un colaborador puede medirse?
La respuesta es sí. Actualmente, incluir evaluaciones de integridad mejora la calidad de los procesos de selección y evita contratar personal de alto riesgo, a corto o mediano plazo, para la organización. En palabras precisas, se trata de evitar conductas inapropiadas que violen la normatividad interna y amenacen el bienestar de la compañía, de sus miembros o de ambos.
La integridad del personal tiene un impacto directo en la organización y genera confianza, refuerza los vínculos entre los propios colaboradores, equipos de trabajo y, por supuesto, tiene una huella positiva en la forma de hacer negocios.
Es muy importante que las organizaciones se hagan cargo de estos aspectos y fomenten una cierta familiaridad respecto a conceptos como la honestidad y los más altos valores de respeto mutuo entre los colaboradores. Incluso, es necesario contar con comités de ética e integridad para prevenir o sancionar alguna conducta impropia o irregularidad en el centro de trabajo.
“Nosotros decimos que ‘todo es cuestión de confianza’. El mundo empresarial ha tomado mayor conciencia y conocimiento sobre la importancia de la integridad. Hoy, mucho del personal de nuevo ingreso se incorpora bajo esquemas mixtos de trabajo que pueden ser presencial, híbrido o a distancia (home office), lo cual implica un gran reto para las áreas de capital humano porque los lineamientos, políticas y gestión deben adecuarse al tipo de contratación que se ha realizado”, afirmó Fernando Calderón, managing director de MIDOT México.
Actualmente, entre las principales cualidades que deben tomar en cuenta los reclutadores al contratar personal están: competencias para el trabajo en equipo, adaptabilidad, resiliencia, comunicación asertiva y creatividad. Las organizaciones exitosas, desde luego, ahora mismo están buscando a quienes cumplan con este perfil laboral de competencias blandas o soft skills.
¿Qué fraudes puede cometer el empleado?
De acuerdo con el Reporte a las Naciones 2020 de la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE), en relación con el costo y el impacto del fraude ocupacional, ninguna empresa es inmune al fraude por parte de sus colaboradores y puede originarse desde cualquier lugar dentro de la organización.
El documento establece que, en la etapa previa a la contratación, el 52% de las empresas utilizó la verificación de antecedentes antes de la contratación y solo el 13% decidió continuar con el proceso de contratación a pesar de que las verificaciones de antecedentes detectaron “señales de alerta” en los antecedentes del candidato.
Existen tres categorías principales relacionadas con el fraude. La primera está ligada cuando un empleado roba o hace mal uso de los recursos de un empleador, que, de acuerdo con el reporte de ACFE, ocurre en el 86% de los casos y con montos estimados en 100 mil pesos.
La segunda es el fraude de informes financieros, el menos común con solo 10% de los casos. Aquí el perpetrador causa intencionalmente una declaración errónea u omisión material en los informes financieros de la empresa, generándole pérdidas estimadas hasta por 954 mil pesos.
La tercera categoría es la corrupción, que incluye delitos como soborno, conflicto de intereses y extorsión. Estos fraudes ocurren en el 43% de los casos y causan una pérdida promedio de 200 mil pesos por cada hecho.
“Es muy importante que las empresas creen conciencia en la plantilla laboral, pero sobre todo se enfoquen en la prevención del delito organizacional o fraudes. Se deben monitorear ciertos puestos clave, áreas sensibles o que lleguen a representar mayor riesgo para el negocio”, añadió Calderón.
La integridad debe fomentarse y ser evaluada continuamente. El beneficio de esto es que cualquier delito organizacional que se prevenga redundará en un muy favorable retorno de inversión.
“Es altamente recomendable la ejecución de evaluaciones que permitan obtener los candidatos mejor calificados y aptos para las empresas según sus comportamientos y evitar contratar personas que puedan cometer delitos organizacionales. En MIDOT nuestro objetivo principal es ser un apoyo efectivo para que las áreas de capital humano cuenten con una cultura segura de integridad y honestidad, muy necesaria en estos días”, concluyó el ejecutivo.
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