México, D.F.- En México nace un bebé cada 15 segundos, lo que da un total de 5 mil 760 nuevas sonrisas cada día. Si bien la salud es un derecho plasmado en el artículo 4 de la Constitución Mexicana, que establece que toda persona tiene derecho a la protección de la salud y que la Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud, existe una gran laguna en materia sanitaria: la salud bucodental de la población.

Cifras de la Asociación Dental Mexicana (ADM) revelan que en el país el 85 por ciento de las personas padece caries y el 90 por ciento gingivitis, además de que en promedio se consumen sólo tres pastas de dientes y un cepillo dental -cantidades que están muy por debajo de países como Estados Unidos, Argentina y Brasil-.

Con el fin de cambiar este escenario desesperanzador, la Fundación ADM-IAP se ha adherido a la firma de “La Declaración del Derecho Universal de los niños a la Salud Oral en México”, una iniciativa aprobada por la Federación Mundial de Asociaciones de Salud Pública que busca ofrecer a los niños las mismas oportunidades para desarrollarse y alcanzar su máximo potencial para un futuro prometedor.

Este protocolo ya había sido suscrito por nuestro país, pero hasta ahora su objetivo y espíritu se habían quedado en el papel. Con esta adhesión, la fundación intenta hacer de dicha Declaración Universal una acción real y efectiva en toda la niñez mexicana, pero para hacerlo necesita de la participación de autoridades, sociedad civil, papás e hijos.

La declaración responde a la creencia de que la salud bucal es una parte importante de la salud pública y debe ser una prioridad importante para obtener el compromiso de los profesionales del sector, en especial cuando tiene que ver con los niños, cuyo desarrollo puede verse afectado al tener dientes en mal estado u otros problemas relacionados con la salud oral.

A través de la firma de esta Declaratoria, la Fundación ADM-IAP pretende impulsar en todo el país cuatro acciones básicas que garanticen una adecuada salud bucal entre los menores:

o Educación sobre salud bucal incluyendo instrucciones de higiene bucal y consejos sobre alimentación. Acceso a cepillos dentales y pastas con flúor a precios razonables en cuanto aparece el primer diente de la primera dentición.

o Intervenciones preventivas que sean adecuadas a la infraestructura y prioridades del país. Estas pueden incluir selladores dentales, fluoración comunitaria y aplicaciones de barniz de flúor en forma regular.

o Tratamiento en las etapas tempranas de caries para prevenir que se conviertan en cavidades que deben ser fresadas y tratadas, tratamiento de dolor dental agudo y de otras enfermedades bucales.

o Ambientes que eliminen la publicidad de comidas no saludables para los niños.

Al asegurar que la firma de esta Declaratoria es un paso importante para el futuro de México, Jaime Edelson Tishman, presidente de la Fundación ADM-IAP, señaló que de nada sirven las buenas intenciones si éstas se quedan en el papel. «La mejor forma de hacer es actuar y por eso conmino a toda la sociedad a ofrecerle un mejor futuro al futuro de México: los niños».

Destacó el papel que han jugado las autoridades de salud capitalinas para dar otro pequeño paso en la meta correcta y dejó en claro que si se unen los esfuerzos de la iniciativa privada, la organización civil y las autoridades, se sembrarán más y mejores frutos en beneficio del país.

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