Ciudad de México.- Desde el momento en que nace tu hijo, estará formando en su sistema digestivo una flora bacteriana que le ayudará a procesar los alimentos y a protegerlo de microorganismos extraños que lo pudieran enfermar.
Estas pequeñas bacterias llegan a sumar 10 veces más que las células del cuerpo y su composición es irrepetible, tal como las huellas dactilares o el ADN.
Dentro de cada cuerpo humano hay bacterias que constantemente están luchando. Las bacterias malas luchan para robar nutrientes y reproducirse, mientras que las buenas pelean para defender y cuidar al sistema digestivo. Cuando tu hijo tiene una buena salud digestiva, las bacterias buenas son mayoría, pero cuando las malas están dominando pueden señalar la presencia de alguna enfermedad.
Para apoyar a estos soldaditos que nos protegen, es necesario aumentar la población bacteriana a través de probióticos y prebióticos. Friso Comfort Next brinda un panorama más amplio sobre estos aliados de la salud digestiva.
¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son bacterias vivas buenas para la salud y mantienen el sistema digestivo saludable. Ayudan a la salud digestiva porque compiten con las bacterias que no son buenas por los nutrientes y espacio, impidiendo que éstas se multipliquen, se unan a la barrera intestinal y causen enfermedades. Investigaciones han demostrado que los probióticos pueden ser útiles para controlar diversos síntomas intestinales como dolor abdominal, estreñimiento, distensión abdominal y diarrea.
Para aumentar los probióticos, puedes agregar a la dieta de tu hijo:
● Fórmulas fortificadas con probióticos.
● Productos lácteos.
● Pepinillos.
● Chícharo.
● Soya fermentada.
¿Cómo funcionan los prebióticos?
Los prebióticos son fibras que no se digieren a su paso por el estómago, ni en el intestino delgado, esto les permite llegar al colon (prácticamente la última porción del intestino). Una vez en el colon, se convierten en una fuente de alimento para los probióticos o bacterias buenas del intestino, para que puedan aumentar en número. Recuerda que las bacterias buenas actúan como barrera de defensa natural del sistema digestivo de tu hijo.
Si tu hijo tiene una alta ingesta de prebióticos, esto le ayudará a prevenir algunas enfermedades gastrointestinales, al igual que reducirá los riesgos de alergias y los niveles de colesterol en la sangre, entre otras ventajas como:
● Crear una capa protectora intestinal contra las bacterias dañinas.
● Ablandar la popó para prevenir el estreñimiento.
● Fortalecer a las bacterias buenas y estimular la generación de anticuerpos.
● Prevenir problemas intestinales al fermentar algunos alimentos que lo requieren.
● Ayudar a las bacterias a procesar alimentos para que los nutrientes sean absorbidos fácilmente.
Los prebióticos se encuentran naturalmente en la leche materna y favorecen el crecimiento de los probióticos beneficiosos en el intestino. Igualmente, se pueden hallar en muchos alimentos, aunque principalmente en:
● Fórmulas enriquecidas con prebióticos.
● Manzanas.
● Plátanos.
● Frijoles.
● Salvado.
● Legumbres.
● Hortalizas de raíz.
● Avena de grano entero.
Todas estas bacterias y fibras son grandes aliados para la digestión de tu pequeño y desempeñan un papel muy importante para que pueda hacer popó adecuadamente. Además, lo estarás ayudando a construir una población de bacterias que estarán protegiéndolo toda la vida de infecciones en el estómago.
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