cataratas congénitas salud visual

Ciudad de México.- Las cataratas congénitas son una de las enfermedades de la vista más comunes en nuestro país. Aunque tradicionalmente esta patología aparece vinculada a pacientes de edad avanzada, lo cierto es que las cataratas congénitas pueden darse también en personas adultas y recién nacidos.

Esta enfermedad de la vista puede ir acompañada de otras patologías y el factor hereditario es clave a la hora de tratar esta enfermedad. Por ello, mantener una higiene ocular adecuada puede marcar un antes y un después en el desarrollo de las cataratas congénitas y sus consecuencias.

Si sufres de cataratas congénitas o estás interesado en saber más sobre esta patología ocular, a continuación repasaremos los detalles más importantes que vuelven a esta enfermedad de la vista tan recurrente en nuestro país.

Qué son las cataratas congénitas y cómo identificarlas

Antes de analizar las causas y consecuencias de sufrir cataratas congénitas, es necesario detenerse en el concepto que hay detrás de esta enfermedad. Por lo tanto, se define como catarata congénita a aquella patología relacionada con un cristalino opaco que no permite ver parcial o completamente al paciente.

Esta enfermedad puede desarrollarse de manera unilateral o bilateral e ir de la mano de otras enfermedades de la vista, como aquellas relacionadas con la retina o la córnea. Sin embargo, para entender los efectos de la catarata, es de vital importancia conocer la función del cristalino.

Esta parte del ojo es la encargada de que una persona joven o adulta pueda identificar objetos a diferentes distancias. En esta misión, tiene un papel fundamental la luz en nuestra retina, permitiéndonos distinguir colores e intensidades. Esto explica por qué la mayoría de las veces se relaciona esta enfermedad de la vista con pacientes de edad avanzada, ya que ellos son los más propensos a experimentar sus efectos debido al envejecimiento del cristalino.

Síntomas de las cataratas congénitas

Oftalmólogo diagnóstico catarataLa primera pista que permite distinguir a un paciente con cataratas y a otro que no la sufre es la pupila. La pupila del ojo sirve como fiel delatora a la hora de identificar las cataratas congénitas, ya que su color generalmente está vinculado con el negro. De esta manera, aquellas pupilas blanquecinas representan la opacidad del cristalino, simulando una mancha en su interior.

Es por ello que el principal síntoma de la catarata congénita es una agudeza visual reducida. Por lo tanto, su presencia en bebés debe ser tratada con especial atención, elaborando pruebas regulares para controlar la evolución del recién nacido.

La buena noticia es que las cataratas congénitas pueden tratarse inmediatamente. Además, esta operación está destinada tanto a bebés, como adultos y pacientes jóvenes. El procedimiento tiene un carácter quirúrgico y presenta reducidas complicaciones y riesgos, aunque no inexistentes. Por lo tanto, se recomienda operar de cataratas a aquellos pacientes cuya visión esté parcial o completamente perjudicada.

Cómo se tratan las cataratas congénitas

En general, las cataratas congénitas se identifican gracias a manchas blanquecinas en la pupila que generalmente van unidas a temblores del ojo con una demanda de esfuerzo significativo a la hora de enfocar objetos y lugares, y su cirugía consiste en un procedimiento regular. Esto quiere decir que, durante la operación, el especialista extraerá la catarata gracias a técnicas de aspiración. Durante el proceso, el cirujano podrá apoyarse en diferentes metodologías, previamente pactadas con el paciente o sus tutores legales.

Respecto a los métodos de anestesia, este procedimiento varía en función de la edad y las necesidades de cada paciente. De esta manera, la anestesia tópica a través de gotas es la destinada a pacientes adultos, mientras que esta metodología puede cambiar si el quirófano está ocupado por un bebé o niña de edad temprana. Sin embargo, ambas cirugías coinciden en la extracción del cristalino a partir de incisiones breves para no causar riesgos en el ojo del paciente.

Seguidamente, se debe estudiar si es necesario insertar una lente intraocular. Si la respuesta es afirmativa, esta lente podrá aplicarse durante la misma cirugía o posteriormente, aunque esto variará en función de las necesidades o peticiones del paciente y el cirujano. En pacientes menores, es muy frecuente la corrección con lentes de contacto durante la infancia, y es que uno de los atractivos de este método reside en que la graduación de las lentes variará en función de la graduación del niño. Por lo tanto, las gafas son otra de las opciones más recurrentes después de una cirugía de cataratas.

Una vez el paciente haya salido de quirófano, será necesario iniciar un proceso de rehabilitación y recuperación visual. Lo más frecuente en estos casos es servirse de parches o de correcciones ópticas, cuya duración variará según las estimaciones del cirujano. No obstante, antes de ingresar a un quirófano será necesario conocer la opinión de nuestro oftalmólogo o especialista ocular.

De esta manera, el paciente será consciente de si su situación requiere una operación prioritaria o existen otros cuidados a seguir para evitar pasar por quirófano.

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