e-commerce en la moda

Por Claudia Prieto
Fashion sales director en VTEX

El e-commerce en el sector de la moda ha dejado de ser una simple extensión digital del retail tradicional. Hoy es un ecosistema en evolución constante donde las marcas no solo venden productos, sino que crean comunidad, comunican valores y exploran nuevas formas de conectar con sus consumidores. La aceleración digital impulsada por la pandemia marcó un antes y un después: lo que antes se consideraba innovación ahora es un requisito básico para competir.

En este nuevo contexto, las expectativas del consumidor han cambiado radicalmente. Ya no se trata solo de comprar y recibir en casa, sino de vivir experiencias personalizadas, inmediatas y coherentes en todos los canales. La transparencia, la sostenibilidad y el propósito se han vuelto factores clave en las decisiones de compra. Según el informe State of Fashion de McKinsey, se espera que el mercado global de la moda continúe creciendo en 2025, impulsado por la adopción tecnológica y la integración de prácticas sostenibles.

Live Shopping, una estrategia beneficiosa para el e-commerce en la moda

Una de las tendencias que mejor refleja esta evolución es el Live Shopping, una modalidad de compra en tiempo real que combina entretenimiento, interacción y venta directa. A diferencia de una tienda online tradicional, esta experiencia permite al consumidor participar activamente, hacer preguntas, comentar y tomar decisiones al instante, mientras que para las marcas representa una oportunidad para mostrar productos en contexto, reforzar su identidad y aumentar la conversión.

Su impacto ya es evidente: según datos de VTEX, el 45% de los consumidores ha participado en eventos de Live Shopping y el 61% ha interactuado con plataformas de Social Video Commerce. Esta tendencia se potencia con inteligencia artificial, que permite personalizar experiencias y brindar asistencia en tiempo real durante las transmisiones.

La omnicanalidad y la logística son fundamentales para ofrecer una experiencia de compra positiva

Más allá de estas nuevas formas de venta, el verdadero reto está en ofrecer una experiencia de compra fluida y coherente en todos los puntos de contacto. La omnicanalidad ya no es una ventaja competitiva, sino una expectativa básica. El consumidor espera poder comprar online y retirar en tienda, consultar stock en tiempo real o recibir atención personalizada en cualquier canal. Para lograrlo, se necesita una infraestructura tecnológica sólida, una estrategia clara y una cultura organizacional centrada en el cliente.

La logística también juega un papel fundamental: debe ser rápida, precisa y conectada, apoyada por tecnología que automatice procesos, prediga la demanda y brinde visibilidad en tiempo real.

Estamos frente a una transformación que va mucho más allá de lo digital: es una evolución cultural en la forma de consumir, de relacionarse con las marcas y de construir lealtad. Las marcas que quieran seguir siendo relevantes no pueden limitarse a seguir tendencias, deben liderarlas. Porque en esta nueva era, donde cada clic es una oportunidad de construir una relación, la clave está en ofrecer experiencias memorables, ágiles y humanas.

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