México D.F.- La marca de helado de yogurt Moyo y la marca de paletas Chupa Chups celebrarán el Día de Muertos de una manera divertida y peculiar, ya que este 1 de noviembre los clientes disfrazados que visiten cualquiera de las 75 sucursales de Moyo en la República Mexicana ¡tendrán su calaverita!, pues ambas marcas les regalarán un delicioso cono de helado Moyo y una riquísima paleta Chupa Chups de fresas con crema, cereza, sandía, fresa o soda.

«Este 1 de noviembre no duden en visitar cualquiera de nuestras sucursales y decir «¿No me da mi calaverita?», porque Moyo se suma al festejo del Día de Muertos y a todos los niños que lleguen disfrazados se les estará dando de calaverita un cono de helado Moyo y una paleta Chupa Chups», invitó Delphine Madrazo, directora de mercadotecnia de Moyo.

“En Chupa Chups estamos muy orgullosos de las celebraciones tradicionales como lo es pedir calaverita y nos encanta la idea de ofrecer a los consumidores, tantos chicos como grandes, nuestros clásicos sabores que siguen siendo el secreto mejor guardado de la marca, acompañados de un helado de Moyo como nuestra calaverita”, externó Victoria González, coordinadora de mercadotecnia de Chupa Chups Industrial Mexicana.

En México la celebración del Día de Muertos es una de las tradiciones más emblemáticas y típicas, donde no pueden faltar el pan de muerto, la calabaza en tacha, la colocación de los altares y ofrendas dedicadas a los muertos y la pedida de calaverita, una costumbre más arraigada de lo que imaginamos.

Se cree que en la época prehispánica un niño macehual, al no tener qué ofrendar a sus deudos, salió a «calaverear», es decir, recolectar fruta, pan, comida y dulces para poner en la ofrenda. Años después, durante la época de la Colonia, los niños acostumbraban a salir con una vela en una calavera de chilacayote o calabaza haciendo oraciones y pidiendo apoyo. En tiempos de la Independencia se cree que las familias con recursos daban de calavera a sus sirvientes un poco de dinero. En tiempos más recientes, durante el 1 y 2 de noviembre se acostumbra rezar a los difuntos frente a la ofrenda y después entregar a los niños y adultos la fruta o pan de muerto como símbolo de convivencia con las almas de nuestros seres queridos. Actualmente, esta costumbre se combina con algunos elementos extranjeros como los disfraces de personajes de terror y el intercambio de dulces por dinero.

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