Por Tai Cornejo
Coordinadora de cuentas de consumo RP en Comunicación Spread
Twitter: @Mrs_Taii

Una de las fortunas de desempeñarse en trabajos relacionados con el marketing es que pocos sectores resultan ser tan dinámicos y cambiantes, sobre todo en el rubro del marketing online. A menudo nos encontramos con nuevos conceptos que seguramente no resultan familiares, especialmente para los que no trabajan en este ámbito; sin embargo, para cualquier profesional una ventaja competitiva es tratar siempre de mantenerse a la vanguardia técnica de su profesión, ya sean conceptos o cosmovisiones acerca de un tema tan cambiante.

Tal es el caso del inbound marketing, una técnica que es relativamente nueva y particularmente desconocida por sectores como comunicación, relaciones públicas e incluso diseño gráfico. Este concepto consiste en una serie de técnicas de mercadotecnia que están enfocadas a incrementar el número de visitas en cuestiones digitales o web, por ejemplo. La diferencia es que más allá de aumentar los views o likes, el inbound marketing se encarga de transformarlos en leads, proporcionando registros o fichas con datos de aquellas personas a los que les ha gustado la página o red social; es como un directorio interno que posteriormente ayuda a la marca a segmentar su público objetivo por medio de estudios, todo esto con la finalidad de que conozcan a fondo la compañía y se vuelvan clientes fieles.

Tras los constantes cambios en el comportamiento del consumidor, se puede notar que la estrategia mercadológica tiene que cambiar. Ya no podemos retenernos a un consumidor pasivo o que antes esperaba el comercial de alguna marca, ahora la decisión de compra y de interés se guía más por la sencillez con la que las marcas ofrecen servicios a sus usuarios sin interrupciones no deseadas.

Esta definición fue concebida en 2007 por el presidente de la empresa norteamericana Hubspot, Brian Halligan, y nos dice que el inbound marketing se basa en tres pilares fundamentales: SEO, marketing de contenidos y social media marketing. Estos círculos de acción trabajan de forma integrada y forman parte de una estrategia global como puede ser elevar las ventas de la empresa, impulsar la publicidad de un producto o generar más clientes potenciales por medio de las redes sociales.

Conseguir que todos estos factores trabajen de manera ordenada ayudarán a reforzar la reputación de tu marca. Como bien afirma Peter F. Drucker, «el marketing tiene como objetivo conocer y comprender tan bien al consumidor para que el producto se ajuste perfectamente a sus necesidades».

A través de sus tres pilares, esta técnica puede convertir a los consumidores en aquellos que les interese nteractuar con las empresas; el éxito de muchas de ellas se basará en su capacidad de personalizar las experiencias de los usuarios (no sólo buscando el engagement), ofreciendo mensajes que se ajusten a sus necesidades particulares por medio de blogs, revistas digitales, promocionales, gacetas, newsletters, boletines ejecutivos y más.

Tanto empresas como marcas tendrán que esforzarse por entender los cambios en el comportamiento de los consumidores y adaptarse al nuevo contexto en el que algunos de los principios más básicos del marketing empiezan a tambalearse. Pero algo que a menudo se nos olvida es que los encargados de definir estas estrategias somos todos y cada uno de los eslabones del área requerida: mercadólogos, publicistas, creativos… todos tienen que hacer un esfuerzo conjunto para poder bajar esta técnica a los giros correctos. Usemos la inteligencia empresarial a nuestro favor.

«La inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambios«.

– Stephen Hawking

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