Alberto Arébalos MileniumGroup

Por Alberto Arébalos
Vicepresidente senior en MileniumGroup
Twitter: @AArebalos

El anuncio de que Facebook reformó su algoritmo hace unos meses para que lo que veamos en nuestros news feeds tenga más material de nuestros amigos y familias y menos de medios de comunicación y empresas en general puede parecer una acción altruista y como tal ha sido presentada. Pero no lo es.

El cambio, según lo anunciado por la empresa, es uno de los más profundos en los últimos años (Facebook constantemente hace experimentos y cambia la forma en que funciona su producto). Ahora los usuarios ven menos videos virales y artículos de noticias compartidos por las compañías de medios y más publicaciones con las que los amigos interactuaron, por ejemplo, una foto de su perro o una actualización de estado que muchos de ellos han comentado o apreciado.

La modificación implica que si el alcance orgánico –lo que los seguidores ven de una marca– era bajo, ahora pasará a ser casi inexistente. Resultado: las empresas deberán pagar aún más con pingües beneficios para Facebook.

Adam Mosseri, vicepresidente de gestión de productos en Facebook, reconoció que «hay ansiedad» por parte de las empresas y editores que a menudo se quejan de los cambios constantes que se hacen en la red social. La idea, en el fondo, tiene sentido si vemos a Facebook realmente por lo que es y su razón de ser final: una plataforma de publicidad que necesita constantemente de ojos expuestos a los avisos. Buscar que una gran cantidad de gente la use mucho tiempo durante el día favorecerá a la larga a esos anunciantes.

Lo que molesta a muchos es que esa parte lucrativa sea escondida tras una pátina de preocupación por el bienestar de la humanidad. Facebook no es una organización no gubernamental, es una empresa que necesita ganar dinero y está bien que lo haga. Pero sería mejor que Mark Zuckerberg lo admitiera sin la retórica voluntarista de querer mejorar el mundo. «Queremos asegurarnos de que nuestros productos no sólo sean divertidos, sino que sean buenos para las personas. Necesitamos reenfocar el sistema», fueron las palabras que dijo el fundador.

La preocupación de Zuckerberg por nuestro bienestar podría estar acompañada, por ejemplo, de una versión de Facebook en la que quien quiera pueda suscribirse pagando una modesta cantidad a cambio de no ver publicidad. Tiene dos mil millones de usuarios, que si pagaran sólo 15 dólares al año (que hasta en muchos casos podría sumarse al pago de su cuenta celular) supondría un interesante negocio. Pero esa no es la idea.

Por otra parte, hay que ver si los cambios permiten que las personas vean más contenido que refuerce sus propias ideologías o interactúen frecuentemente con publicaciones y videos que reflejen las opiniones similares de sus amigos o familiares. Y las noticias falsas aún pueden extenderse: si un pariente o amigo publica un enlace con un artículo de noticias inexacto que es ampliamente comentado, esa publicación se mostrará de forma destacada.

El objetivo de la revisión, en última instancia, es algo menos cuantificable que puede ser difícil de lograr: tras muchos análisis que han determinado que una constante exposición a Facebook hace que la gente se deprima, la red social quiere que las personas se sientan positivas, en lugar de negativas, después de visitar la plataforma.

Por otro lado, la compañía ya ha estado bajo fuego en Estados Unidos después de que se supiera que agentes rusos habían utilizado Facebook para difundir anuncios y no cualquier clase de ellos, sino anuncios divisivos e incendiarios para polarizar al electorado estadounidense.

Las repercusiones de los nuevos cambios en el news feed de Facebook seguramente serán de gran alcance. Los editores, las organizaciones sin fines de lucro, las pequeñas empresas y muchos otros grupos confían en la red social para llegar a las personas, por lo que quitarles énfasis a sus publicaciones probablemente los perjudique.

«Es importante para mí que cuando Max y August (sus hijos) crezcan sientan que lo que su padre creó fue bueno para el mundo», declaró Zuckerberg. También para sus cuentas bancarias, le faltó agregar.

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