Mike Convey

Por Mike Convey
Director de Convey Publicidad

Para los que nacimos en los 70’s, es común que nos asombremos y critiquemos a los millennials por estar pegados al teléfono. Odiamos que nuestros hijos se claven tanto tiempo en los videojuegos. Sin embargo, nuestra generación no fue tan diferente, lo mismo decían nuestros padres sobre el tiempo que le dedicábamos a la televisión, “salte a jugar en lugar de estar pegado a la televisión, te vas a quedar ciego o tonto”. Y antes de esto, la gente se quedaba horas al lado del radio escuchando sus programas favoritos.

El teléfono -así como lo fueron en su momento la TV y la radio- representa una posibilidad de conocer algo que no está en nuestra inmediata realidad, esto es, los medios son un escaparate de múltiples realidades, sólo a través de ellos podemos ver partidos que suceden a miles de kilómetros o dar seguimiento a acontecimientos mundiales (guerras, elecciones, enfermedades, etcétera).

Para los que piensan que los medios nos condenan a imitar lo sucedido en Wall-E (todos somos gordos y nuestro único contacto con el mundo es a través de una pantalla), les puedo decir que la historia nos ha demostrado que no somos tan estúpidos. ¿Por qué digo esto? Pues los invito a recordar qué hacían después de ver a Adam West enfundado es su insípido traje de Batman, qué hacían después de ver al Santo contra las momias… regresábamos a la realidad y tratábamos de imitar lo que habíamos visto, nos sentíamos Blue Demon, un suéter amarrado al cuello hacía las funciones de capa que nos ayudaba a volar; después de ver cómo el Tuca le metía un gol desde fuera del área al América, nuestro único deseo era salir corriendo a jugar una cascarita.

Lo mismo está sucediendo con las nuevas generaciones, terminan de ver algo en su pantalla e inmediatamente tratan de ponerlo en su realidad. ¿Han visto como no paran de bailar las niñas después de estar viendo TikTok?

Para nosotros en Convey (agencia que tengo el gusto de representar) es claro y los consumidores nos lo están pidiendo: quieren experimentar lo que vieron en las redes sociales.

Los videomapping espectaculares sobre grandes edificios primero los vimos en YouTube y después hicimos filas por ir a ver la proyección sobre el Palacio de Bellas Artes. Nos encanta ver fotos con perspectivas forzadas, por lo que nos volvimos locos el día que fuimos al Museo Trick Eye y pudimos hacer esas fotos nosotros mismos.

A la gente no sólo nos gusta ver, siempre será muy emocionante la experiencia, la vivencia. Dejemos de satanizar a las pantallas y saquemos el mejor provecho de ellas.

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