evolución de experiencias digitales

Por Michael Convey
Director de Convey Publicidad

Es claro que cada vez toma mayor fuerza en las marcas la idea de generar experiencias. Antes de la pandemia, cada vez había más eventos e interacciones con el cliente a través de activaciones, guerrilla, material POP, etcétera. La enfermedad no ha detenido esta necesidad de los clientes, simplemente la transformó.

La evolución de las experiencias digitales: desde webinars hasta la creación de mundos virtuales

Desde marzo, las compañías empezaron a buscar formas para mantener contacto con sus consumidores. Se abrieron cualquier cantidad de webinars o reuniones uno a uno, después se fue mejorando la producción de estas apariciones a cuadro con fondos que ayudaban a que no se cruzara el perro o se viera el cuadro de La Última Cena de fondo.

Para agosto, los consumidores dejaron de poner atención a las pantallas, dejaban que el expositor hablara mientras ellos hacían alguna otra tarea, por eso aparecieron los venues virtuales: grandes edificios construidos en el irreal mundo digital que mejoraban mucho la experiencia, pues ya no era una persona hablando desde la comodidad de su comedor, sino una visita a un mundo espectacular. Los visitantes podían ver salas de stands, preguntar vía chat sus dudas y entrar a conferencias, las cuales, en su mayoría, vuelven a ser el expositor en su cálido hogar.

Aunque la experiencia mejoró mucho, las agencias empezamos a ver que estar frente a una pantalla dificulta mucho tratar de competir contra ir a un evento.

Desde finales de noviembre y hasta la fecha, volvimos a evolucionar, Ahora se están produciendo presentaciones muy parecidas a un TV show, escenarios virtuales con grandes movimientos de cámara, algo que sólo la industria de la televisión era capaz de hacer. Ahora contamos con softwares que permiten que el consumidor vea a través de su pantalla (computadora o teléfono) algo muy similar a lo que ve en tele.

¿A qué nos lleva esto? A dos puntos muy claros: el primero, que nos estamos enfrentando a una transformación que avanza a un ritmo descomunal y quien no se adapte a esa velocidad está fuera del juego. El segundo, debemos entender a la perfección el canal por el cual estamos llegando al consumidor, entender su entorno, pues sólo así seremos capaces de darles verdaderas experiencias que le permitan mantener una estrecha relación con las marcas.

No nos queda otra que continuar con los consejos de Charles Darwin… adaptarse o morir.

¡Feliz evolución 2021!

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